Noche 1: El comienzo

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-Los personajes no me pertenecen a mi, si no a Shinobu Othaka. Por favor, apoyen al original-

Oscuridad.

Completa, vacía, absoluta y sosegada oscuridad. Tantas eran la penumbras de aquel húmedo y vacío lugar que a duras penas podías vislumbrar tus manos. El verlas apenas lo lograbas al levantarlas y ponerlas cerca de tu rostro.

Claro que apenas y podías ver la punta de tu nariz en aquel vacío.

Ese sitio era un lugar deprimente húmedo y frío. Y como guinda del pastel sin te encontrabas encadenada de pies a cabeza con unos ajustados y pesados grilletes oxidados.

A decir verdad, por extraño que pudiese parecer no te molestaban. No los querías quitar de tu cuerpo, ¿Por qué te sentías así, de esta manera? Parecía ser como si ya te hubieses hecho a la idea de tenerlos día a día, noche tras noche. Aquellas desgastadas piezas las tenias tan apegadas a tu frágil y débil cuerpo que ni siquiera te atrevías en pensar: ¿Cómo se verían tus extremidades desnudas de ese metal enmohecido?

Así es, de una forma vergonzosa y deprimente los sentías como otra extensión de tu ser. Como si se tratara de otro parte de tu cuerpo, o de tu misma mente. Cuan patético era aquello.

¿Hasta donde habías caído..?

¿Qué tanto habían corrompido tu mente..?

Cuanto temor te causaban esas preguntas y sin mencionar las respuestas que pudieses dar.

«...¿En donde estoy? ¿Que hago aquí?»

Aquellas simples preguntas retumbaba una y otra vez en tu confusa mente, a la vez que se apoderaban de ella. Hurgándole de forma violenta, tratando de encontrar sus respuestas fidedignas. Unas respuestas que tal parece no podias dar.

¿Que tan fuerte te habían azotado para que lo olvidarás?

O quizá ya lo habías bloqueado de tu colapsan te ser. Vamos, se que puedes recordar o ¿realmente te asusta el saberlo? Hasta hace poco te habías hecho a la idea de vivir de esa manera. A estar de esa forma tan mediocre y lastimosa de ti misma. Así es, recuerda, te habías hecho a la idea de a ser una esclava. Y a vivir lo mucho o poco que te quedara de tu existencia de esta manera.

Te habías acostumbrado inconscientemente a vivir así.

A que te tratasen así. De un manera meramente inhumana.

A no ser mas que la maldita esclava de ese cerdo degenerado que se hacia llamar tu amo.

Así es te habías habituado a recibir ordenes, permanecer quieta y no articular palabra alguna a no ser que se te permitiera o se te ordenara hacerlo. Te habían moldeado para que tu cuerpo pudiese recibir buenos golpes sin soltar sonido alguno. Todo aquello si cometieses el mas mínimo error o simplemente a recibirlas si tu amo se encontraba aburrido o enojado. Después de todo a él le gustaba verte sufrir e inclusive se podría decir que le divertía tu dolor.

¿Ya lo recordaste?

No eres más que un objeto para cualquier humano.

No eres más que una simple esclava.

Y a pesar de todo esa amarga agonía no estabas enojada. No con el. Si no contigo misma, si tan solo hubieses hecho caso a tus padres y no hubieras salido de la aldea tal vez no estuvieras aquí en este deprimente, solitario y oscuro lugar si no en la calidez de tu hogar. Y aún más importante con ellos, con tus padres y hermanos, y si también con tus amigos. Con quienes vivias cientos de aventuras, cientos de anécdotas, risas y llantos les querías tanto y los considerabas parte de tu familia.

✨POR AZARES DEL DESTINO✨ (JUDAL Y TÚ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora