-Fue uno de los deseos que pedí. Poder mover cosas y hacerme invisible.

-Mola. Ojala yo también pudiera tener un ángel de los deseos.

-Puede que no pueda usar mi magia para cumplir tus deseos. Pero, como amiga me tendrás para lo que quieras -le dijo Eva con cariño.

De repente la puerta de la cabaña se abrió con fuerza. No pude ver si era un zombi o una persona. No tardamos en saberlo porque llevaba una pistola en su mano derecha y en la otra una katana. Disparó contra nosotros. Concentré todo mi poder alzando mis brazos y pude parar todas las balas de aquella pistola.

-¡¡¡Becca!!! -exclamó Eva emocionada al ver que era la protagonista-. ¡Quiero un autógrafo, soy tu mayor fan!

-¿Sois humanos? -dijo Becca entre sorprendida y aliviada.

-Al menos la mayoría -le contesté con sarcasmo.

-Por favor, un autógrafo. -Siguió insistiendo Eva.

-Sois unos críos. -Becca ignoraba a Eva, aunque ésta seguía empeñada en querer un autógrafo-. Pensaba que no quedaba nadie con vida en estas tierras. ¿Cómo habéis llegado hasta aquí? ¡¡¡QUIERES DEJAR DE PEDIRME UN AUTÓGRAFO NIÑATA INSOLENTE!!! -le gritó a Eva al ver que no paraba de insistir.

-¡Jo! Con lo que tú me molas. Tanto matar zombis te ha hecho una mujer sosa y aburrida. La verdad en la película molabas más.

-Eres una chica muy extraña. Tú, chico pelirrojo -dijo refiriéndose a mí -. Pareces más normal que la rubita. Dime como habéis llegado a sobrevivir,

-Bueno, apenas llevamos una media hora aquí. Supongo que hemos sobrevivido gracias a mis poderes mágicos -expliqué algo intimidada por su seria mirada.

-¿Poderes mágicos? ¿Tus poderes tienen relación con el brujo?

-No conozco  a ningún brujo. En realidad mis poderes tienen que ver con la rubita. Ella también nos trajo hasta aquí por mi culpa -señalé a Eva.

-¡Eh! Dejarme de llamarme rubita o me cambio el color del pelo.

-Si no  recuerdo mal el brujo es quien a convertido a todos en zombis -reflexionó Allison-. Debes de estar buscando a tu compañero.

-¿Cómo sabes eso? Que clase de hechicería utilizáis. Sois unos jóvenes muy raros -nos apuntó con su arma.

-Yo soy Eva, y soy un ángel de los deseos. La única manera de salir de aquí es que lleguemos al final, te ayudaremos. Pero por favor deja de apuntarnos con esa cosa -murmuró asustada.

-Bromeas.  ¿Yo recibir ayuda de unos críos como vosotros? -Becca apartó el arma pero siguió mirándonos con desconfianza.

Los zombis estaban rodeando la cabaña, algunos estaban entrando por la puerta, y las ventanas. Becca disparaba a todos los zombis hasta dejarlos K.O. Yo también la ayudé con mis habilidades. Por la cara que puso deduje que ya no nos veía como críos inútiles. Eva estaba junto a Allison. Me pregunté si Eva sería capaz de usar sus poderes para protegerse. Cada vez eran más criaturas. Utilicé mi otra habilidad, y me volví invisible.

-¿Eva? -me acerqué a ella.

-¡Ah! Oigo voces en mi cabeza -se giró sobresaltada.

-No, tonta, soy yo. Me he vuelto invisible -susurré en su oreja.

-¡Chicos no me quedan balas! -nos alertó Becca.

-Eva usa tu poder de teletransportación -le dije.

-Claro. Con tantas emociones me había olvidado de que yo también tengo poderes.

Un segundo después gracias a la magia de Eva estábamos en un lugar diferente. Era un laboratorio había un montón de apuntes sobre una mesa. Debían de hablar sobre zombis, no me extrañaría que los hubieran creado aquí mismo. En un momento así me arrepentí de no haber hecho mucho caso a la película.

Trece DeseosWhere stories live. Discover now