Muy lindo y todo... Pero no.
En algunas ocasiones, la rumiación se pasa por alto como un problema para la pareja.
Incluso una gran mayoría de los psicoterapeutas de pareja rara vez hablan de la rumiación de la relación como un problema compartido de pareja.
Esto se debe a que el pensamiento negativo repetitivo, el pensamiento distorsionado y la rumiación se ven como cadenas de pensamientos "reflexivos" en la "mente" de una sola persona, y no comúnmente como un problema de relación.
Si acaso, y digo acaso por que la intervención en rumia no es algo de lo cuál se hable mucho (muchos psicólogos de otros enfoques que no son de corte cognitivo - conductual - contextual no hacen intervención en rumia ni conocen del tema) y tampoco es que haya muchos psicoterapeutas que trabajen con ello, sí se llegua a mencionar el pensamiento excesivo, generalmente es el problema de una sola persona: el rumiador, y no de ambos, cuando en realidad ya sea por que los dos son rumiadores , uno o ambos desencadenan la rumia (con acciones intencionadas que por mucha seguridad y confianza en sí mismo que tenga el otro lo harán sentirse vulnerable) o porque uno sea el rumiador y el otro le refuerza sus conductas de preocupación e inseguridad.
La rumiación de la relación, es un hábito disruptivo de pensamiento crónico, complejo, abstracto, repetitivo y negativo en el que uno o ambos miembros de la pareja participan.
Tu rumiación te afecta tanto a tí como a tu pareja. No es "algo que tiene que solucionar tu pareja" sino algo que tienen que abordar como pareja.
Pero hay una advertencia, en ningún momento estoy sugiriendo que se tengan que promover conductas que tengan que reforzar al otro su intolerancia a la incertidumbre, es decir, que se le tenga que dar santo y seña y exceso de información para hacerl@ sentir cómod@ y segur@ con la finalidad de eliminar esa incertidumbre, porque entonces y sólo entonces se estaría reforzando su preocupación e inseguridad, como podrás darte cuenta lo que sugiere la imagen hace referencia a esto.
Si regularmente asumes demasiada responsabilidad por los demás como una forma de hacer frente a tu propia ansiedad o incomodidad, presta mucha atención a tus motivos.
¿Por qué haces esto? ¿Es desorientador o aterrador cuando no puedes controlar el resultado de una situación? ¿Te sientes obligado a mantener la paz? ¿Qué pasaría si solo asumieras la responsabilidad de tus propios pensamientos, sentimientos, elecciones y comportamientos en situaciones en las que tiendes a excederte?
Si tomas demasiado responsabilidad por todo lo que sucede en tu relación, le roba a tu pareja la oportunidad de crecer más allá de su zona de confort, desarrollar sus habilidades relacionales, extinguir sus miedos, pensar concretamente y ver su contribución a los problemas de la relación.
Cuando practicas establecer y mantener límites más saludables, reconoces tu verdadero contribución a esas cosas en tu relación que te están lastimando (y también indirectamente a tu pareja)
Asumen tus propias necesidades pero no te sobrecargues con las necesidades de los demás. Te empoderas a ti mismo y conservas la energía que normalmente desperdicias al liberar el control de lo que no es tuyo para controlar.
Si tú y tu pareja se ven a sí mismos como co-contribuyentes al estado de su campo de relación, aumentan su motivación para dejar de contaminarlo con pensamientos rumiantes.
Tienes claro que culpabilizar aviva los conflictos, controlar te limita, preocuparte no arregla el presente, dudar te desestabiliza y la autocondescendencia promueve la impotencia.
Estás dispuesto a reconocer que lo que dices o no dices dentro de un campo de relación es importante.
-Diego Medina
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