Zendokai 0.

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Era probable que el casco estuviera muy dañado incluso para proteger su cabeza de la caída. Realmente no sentía que estuviera vivo, pero tampoco había muerto. Sus ojos se adaptaron rápidamente a la oscuridad, dejándole ver un brillo a lo lejos que aumentaba cada vez que... ¿Se acercaba?

Una figura esbelta y agraciada se acercaba a él con una expresión solemne en su rostro no humano. Su cuencas provistas de ojos como esmeraldas pulidas lo miraban como si fuera un ser inferior e insignificante, no podía decirlo con exactitud; pero parecía escanearlo con su mirada aunque no parecía hacer ningún movimiento más que caminar hasta él.

La criatura a la cuál podía calificar como femenino por los pechos sobresalientes que se mantenían erguidos como la de una mujer humana, tenía cuatro brazos agraciados pero a la vez dotados de musculatura, no le quitaban el toque femenino que alentaba su ropa y su fisionomía. Dos de ellos los mantenía detrás de su espalda, mientras los otros dos mantenían solamente sus cuatro dedos sin juntar completamente sus manos.

Está criatura tenía mucha similitud con la extraterrestre hembra que se mantenía junto a sus ... Ahora antiguos amigos y ex maestros. Pero su color de piel, más parecido al marfil, su altura y porte regio le daban el toque que le faltaba a esa extraterrestre de su pasado. Si bien, no le incomodaba la rareza de la criatura, debida a las tantas que había visto en el Multiverso, tampoco le agradaba que está criatura estuviera aquí sin más cuando estaba a punto de convertirse en una mejor versión de si mismo.

Los labios del la extraterrestre se levantaron en una sonrisa y se detuvo frente a él. No sabía cómo leer exactamente sus expresiones puesto que su rostro era más alargado que el de un ser humano y no parecía poseer los rasgos faciales de movimiento evidentes. Ella -si es que lo era- sacó una de sus manos detrás de su espalda y la puso en su cadera, podría decir que tenía una expresión altiva, pero de ahí no podía decir otra cosa.

No tenía armas cerca ni nada que pudiera hacer para defenderse más que sus propios puños. Agradecia al patético de su padre por haberlo obligado a estudiar clases de artes marciales. Este ser no le impediría cumplir sus metas y obtener lo que quería.

—Tal vez fue muy ingenuo de mi parte pensar que podías tener algún tipo de remordimiento — su voz claramente femenina, estaba llena de sarcasmo y... ¿Eso era decepción?

—No creo que quieras meterte con el nuevo Gran jefe multiversal— su sonrisa desapareció y creyó que era su turno de sonreír. Pero para su sorpresa, la extraterrestre soltó una carcajada que reverberó en el espacio vacío donde se encontraban.

—¿Crees que tomando el control de lo que conlleva portar ese casco, obtendrás lo que deseas? Eres entonces más tonto de lo que pensaba—

—¡Arrepiéntete! Juro que si te arrepientes no te daré caza y perdonaré tu insignificante existencia— La criatura no tuvo de otra que sonreír de nuevo con diversión. No podía creer que tuviera ese casco en sus manos y no mostrarse aterrador ni poderoso como se le habían prometido. Especialmente ante esta criatura, cuya especie había sido aterrorizada por su antecesor.

—Pobre criatura. Creyendo firmemente el los susurros mentirosos de una Chronec consumida por el deseo de poder que sabe perfectamente no ser capaz de obtener por ella misma. Sino bajo artimañas y tejidos de mentiras— su andar a su alrededor era como la de un gato jugando con su comida. Y odiaba sentirse como la comida de alguien más.

—¿De qué estás hablando?—

—Te han estado usando como una simple pieza en un juego de estrategia. No eres más que un medio para un fin. Cuando se obtenga el resultado, serás desechado. Nada más y nada menos que por la criatura que consideras tu aliado— si eso era cierto, quería decir que ese ser blanco tampoco le daba el valor que se merecía.

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