CAPÍTULO 5

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Mire las noches como falsas esperanzas, mire las mañanas como ilusiones que no van a llegar. Despertaba cada mañana con ganas de algo más, ¿pero que será eso que pido sin saber?

El invierno daba inicio con sus fríos vientos y los vidrios mojados. La cortina de mi pieza ya no tendrá movimientos, y las cálidas noches donde me sentaba en el techo de mi casa quedaran pendiente hasta nuevo aviso. Me senté en un sillón con el respaldo bastante alto, pose sobre una almohadilla mi té caliente. Ese té que aromatizaba el ambiente con su suave aroma a yerbas. Abrí la notebook y me conecte en Facebook. Solamente rutinario. Cara había dejando un mensaje en mi bandeja, y no tarde en abrirlo.

Cara: Amiga. Nos juntamos a almorzar todos mañana. Si quieres venir avísame.
Cara: Cuando puedas llámame así hablamos un rato. Te extraño.
Cara: Mira esto...

Me dejo un link para que entre, y cuando hice clic se abrió una foto donde estaba junto a Colin. Estábamos mirándonos fijamente. Creo que era la tercera vez que lo veía. La imagen estaba tomada desde abajo. Cuando el paso por mi lado y me saludo. Su Hermosa sonrisa apuntaba a la felicidad. O eso era lo que yo veía. Sus claros ojos estaban iluminados. Me quede varios minutos mirándola sin despegar un ojo. En ese instante la luz de mi celular se encendió. Y cuando corrí la cara para verlo, debajo de la llamada de mi madre estaba la de Colin. El mismo contestador seguía diciendo las mismas palabras. Cerré la Notebook para recostarme en la cama. Llame a cara que no tardo en contestarme.

-Hola Linda - Dijo Cara

-¿Como estas? - Pregunte sin más preámbulos.

-¿Bien y tú? ¿Ya has visto la foto? - Pregunto su suavizando la voz.

-¿Tú la has sacado? Nunca me dijiste que la tenías. Mira mi cara, no salgo linda - dije y me eche a reír.

-Sabía que te iba a gustar. Por eso no dude en tomarla con el móvil.

La vergüenza subió hasta mis cachetes que los pinto de colorado. Deje unos segundos en silencio.

-Oye. Mañana comemos algo en lo de Chad. Creo que los chicos van a hacer hamburguesas asadas. ¿Te anotas? - Dijo Cara.

-Vale. ¿Puedes pasar por mí? - pregunte con el ánimo a medias.

-Obvio. ¿A qué hora te vas a despertar?

No sé. Pero solo ven - dije y comencé a caminar por mi cuarto. En ese momento pase por el lado de una repisa que tenia colgada. Donde guardaba unos libros que leía cuando era más chica y vi mi cámara de fotos que media sucia se escondía al fondo. Mientras cara terminaba de hablar, y sin prestarle toda la atención la agarre con mi mano desocupada. Sople para quitarle un poco la tierra. Y apreté el botón de encender.

-¿Linda? - pregunto Cara. - no le estaba prestando atención a lo que me decía.

-¿Sí? - pregunte distraída.

-¿Estás bien?

-Claro. Solo que encontré mi cámara. Luego te llamo. Vale.

-Está bien- contesto. Y colgó.

Deje mi celular en la cama y se senté al lado. Tiempo atrás mi vida era genial. Llena de viajes. Risas y esas cosas que haces cuando eres más chica y tus padres te llevan a todos lados.

La primera foto que estaba guardada era la de un atardecer que capture en el rancho de mis abuelos. El sol se estaba escondiendo, las nubes teñidas de rosado daban la impresión de que era un gran algodón de azúcar, los arboles con la punta verde y su tronco casi oscuro. Y el reflejo del sol se desvanecía en el lago. Seguí pasando las fotos y había otra donde estaba sentada en un caballo negro. Con mi gorro de paja y mis botas de vaquera. Tan solo tenía 8 años y recuerdo que todavía me faltaba salir mi último diente. Cuando de inmediato recordé que mi abuelo solía traerme chocolate en barra y me despertaba con su aroma. Seguí pasándolas y veía el paso del tiempo. De ser una chica buena, pase a ser una chica poco tolerante. No dude en sonreír con cara recuerdo.

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⏰ Última actualización: Aug 12, 2015 ⏰

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