🌊៹ extra uno.

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     —Igual quiero conocer a tus padres. Tú has conocido a la mía. Yo... ¿Por qué encerrarte aquí cuando ambos podemos estar en los dos mundos?

     —¿Estás consciente de que no volverás a ser normal después de esto?

     Jungkook se encogió de hombros.

     —Nunca lo fui. —La conclusión ni siquiera se pensó por más de un minuto—. Habla con Chae. Que te de alguna pócima para revertir el efecto y puedas tener cola. Sé que la extrañas.

     Taehyung asintió, dejando un pequeño beso en los labios del otro.

     —Gracias. Yo... Gracias.

     —No es nada, mi pequeño mar. Ah, y Taehyung... —El aludido, que se había puesto de pie para darle un momento de intimidad a Jungkook, lo miró con la cabeza caída graciosamente hacia un lado. "¿Sí?", había dicho—. El IPhone Mermaid Aqua sí funciona, sólo que en Mako no hay cobertura... Por eso no funcionaba.

     Escuchamos y no juzgamos.

     —Lo sé —dijo y tras sonreírle se fue.

     Insisto, todo sería más fácil si tuviera un banner.

     —¿Listo, pequeña perla? Podemos regresar si no te sientes preparado.

     14 de febrero.

     —Sí, estoy listo.

     En Roma celebraban una fiesta divertida llamada Lupercalia, era un día muy normal. Gentes muy ilustres elegían a muchachos que iban por el bosque disfrazados de animal.

     —¿Seguro?

     Jungkook asintió con premura y Taehyung dio un gran suspiro antes de beber la pócima que Chaeyoung preparó, con una pequeña mueca, esa misma mañana. Lo había llamado finalista, pero a Taehyung poco le importaba.

     La playa estaba muy solitaria hoy. Las nubes parecían pintadas en el cielo.

     —Vamos a entrar ahora, ¿está bien?

     Jungkook asintió otra vez y Taehyung llevó ambas manos a la pequeña cintura, rodeándola para darle seguridad. Para guiarlo también, porque el chico era un miope csm que había dejado sus gafas en el Estanque de la Luna.

     Lo guio hasta el corazón de la playa. Hasta su hogar.

     Te extrañé tanto. Estoy en casa.

     Caminaron juntos, uno detrás de otro. Jungkook tenía sus ojos cerrados, con el miedo y la emoción dibujándose simultáneamente. Kim sentía el nácar formársele en el lagrimal y apretaba con delicadeza la curva del muchacho.

     El agua hizo cosplay de chamuco y los agarró de los pies y los hundió y los besó y los llenó de vida. Pequeñas linternas titilaron, hadas de agua y las colas –de oro y diamantes– se chocaron con timidez. Taehyung guio a Jungkook –ya parecía él resumen de Historia– hacia lo profundo, colmado de ternura por el nado torpe e inexperto. El agua pasó de ser fría a tener quince hijos.

     —Puedes abrir los ojos. Mírame.

     Jungkook acató la orden. Ambas estrellas golpearon de buena manera a Taehyung. Grandes, redondas, dos faroles de fuego negro con destellos blancos. Taehyung lo besó y las perlas cayeron hacia abajo; Jungkook lo sostuvo y lo amó. Como a nadie en la vida.

     —Ven, voy a enseñarte nuestra segunda casa. Te gustará.

     La tierra y el mar. Jungkook y Taehyung. 82 expedicionarios y Los Cayuelos, Cuba.

「 H2O: JUST ADD IPHONE! 」kooktae.Where stories live. Discover now