Blame On Me

CAP 5 | 'RESIST' IS PLAYING!

—Hola, chicos. —saludó casualmente, levantando una mano. Luego, con una sonrisa que parecía llevar un matiz distinto, agregó: —Hola, Beomgyu.

Por alguna razón, el ambiente se tensó sutilmente. Yeonjun lo notó, pero descartó la idea de que fuese algo importante. No conocía ninguna razón por la cual la presencia de Jeongin pudiera alterar la dinámica del grupo, no había oído mucho sobre él tampoco, no es como si fuese alguien que se metiera en polémicas. Beomgyu, tras unos segundos de pausa, respondió al saludo y recuperó su actitud animada.

Con el paso de los minutos, la tensión se disipó y las risas volvieron a llenar el aire. Yeonjun, quien al principio se había sentido como un extraño entre ellos, poco a poco comenzó a integrarse. Sin embargo, una sensación de incomodidad lo carcomía por dentro: la culpa. Había prejuzgado a aquellos chicos, especialmente a Beomgyu. Ahora, al verlo con mayor atención, comprendía lo erróneo que había estado anteriormente. Beomgyu irradiaba una energía vibrante y genuina, era alguien que iluminaba el ambiente con su presencia. Yeonjun se preguntó cuánto se había perdido por su testarudez y el hecho de no querer acercarse a él ni formar nuevas amistades.

—Listo, ya llegué. Están arrasando con la barra libre. —Jeongin regresó con una bandeja repleta de bebidas que habían pedido minutos atrás.

—Gracias... No tiene alcohol, ¿verdad? —preguntó Yeonjun, inspeccionando su vaso. —No bebo.

—Sí, me lo dejaste claro. —Jeongin soltó una risa ligera. —Aunque, la verdad, pensé que eras de los que arrasan con todo el alcohol.

—¿Tengo cara de alcohólico?— arqueó una ceja con una sonrisa divertida.

—Más bien, vibras de chico malo. —bromeó Jeongin de vuelta.

—Jeongin, el de Beomgyu tampoco tiene alcohol, ¿verdad? —interrumpió Taehyun, con cierto tono de advertencia, como si fuera su tutor.

—No, claro que no. —Jeongin negó con la cabeza.

—Pero yo sí puedo...— Beomgyu intentó protestar, pero Taehyun lo cortó rápidamente.

—Sabes que no. La última vez, Yunjin y yo tuvimos que llevarte cargando porque te pusiste a abrazar a señores desconocidos.

—Sí, y también perseguiste una paloma por cinco cuadras porque pensabas que no podía volar. Cuando finalmente se fue, rompiste a llorar porque no te habías despedido. —añadió Yunjin entre risas, tomando un sorbo de su piña colada, la cual sí contenía cierto porcentaje de alcohol.

—Eso fue diferente. Ahí estaba sobrio, Yunjin... solo que me recordó a mi Toto .—se defendió inútilmente con un mohín. Toto era su loro que lo acompañaba desde la infancia, su compañero más fiel, lo adoraba.

El grupo estalló en carcajadas, aligerando la atmósfera. Sin embargo, en medio del bullicio, Yeonjun se encontró observando a Beomgyu más de lo que le gustaría admitir. Había algo hipnótico en su expresividad desbordante, en la facilidad con la que hacía reír a los demás y los incluía en la conversación sin dejar a nadie fuera. La punzada de culpabilidad en su pecho se manifestaba cada cierto tiempo.

De repente, notó un cambio. Beomgyu seguía sonriendo, pero su energía había bajado. Su postura se tornó más relajada, sus respuestas menos efusivas. Yeonjun frunció levemente el ceño. ¿Estaba cansado? Algo en él había cambiado en cuestión de minutos.

De pronto, Jeongin le susurró algo al oído a Beomgyu. Este asintió con gesto vacilante antes de dejarse guiar hacia otra parte de la casa. Yeonjun los observó de reojo, su ceño frunciéndose con cierta sospecha. Había algo en la actitud de ambos que lo inquietaba desde un inicio. Sin embargo, los demás parecían no haber notado nada inusual, inmersos en el bullicio de la fiesta.