Cap. 1

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En el gimnasio de la escuela Saint Simont se escucha el rechinar de los zapatos de los alumnos de penúltimo grado de bachillerato. Un chico de cabello castaño casi rubio se acerca a las bancas, ladeando un poco la cabeza hacia los lados tratando de hacer que la fátiga de correr tras una pelota se despejase.

Rebotar, Rebotar, Rebotar.

El castaño se sienta finalmente en un extremo de la banca mientras ve como los demás siguen el juego. Cuando gira la cabeza se encuentra con otro chico, que sostenía una revista de videojuegos. El castaño al verlo con aquella revista se le iluminan los ojos y siente unas terribles ganas de hablar a su compañero....

- Hey! ¿Cuál es tu personaje favorito de Mortal Kombat X? - pregunta el castaño.

- Zelda, me gusta su gorrito verde y su cabello rubio - responde inocentemente aquella ignorante criatura.

Luego de eso.... el chico se quedó solo.

El castaño salió de aquel lugar dirigiéndose torpemente hacia los vestidores, tratando de controlar el deseo de estrangular a aquel pobre ignorante mientras masticaba con todo su odio el cuello de su polera.

"Me dijo el personaje de Legent of Zelda"

"¡¿Qué tan ignorante puede ser?!"

"¡ME VA A DAR UNA EMBOLIA!" reniega para sus adentros y abre el casillero en donde había guardado su uniforme formal. Todavía colérico Dylan, el castaño, saca de entre el bolsillo extrerno de su bolso un delgado y largo trozo de papel, una entrada, con solo sostener ese papel su rabia se desvanece por completo, lo toma con ambas manos y en su rostro se dibuja una gran sonrisa.

- Solo faltan dos días más - dice muy emocionado, de pronto al vestidor ingresan sus compañeros de clase, el devuelve rápidamente la entrada al mismo lugar de donde lo sacó y finge una expresión seria para que nadie se diese cuenta de su secreto.

Dylan podía parecer un chico común y silvestre de 16 años, era de los más altos de su clase y no era ni tan gordo ni flaco... pero tenía un secreto.... era un gamer, un chico al que le fascinan los videojuegos y podía pasarselas días enteros frente a su televisor con su consola... de no ser porque debía asistir al colegio o las necesidades biológicas de todo mortal.

Recientemente Dylan había ahorrado la mesada de los últimos meses para poder comprar la entrada a la Freedom Week, la convención de video juegos más importante en España. Estaba tan emocionado por ir, apesar de no tener con quién, pero en un par de días muchas cosas cambiarían...

Por otro lado...

De entre un pequeño número de amigos que volvían a sus casas después de la escuela uno de los más medianos del grupo se separa de ellos despiéndose con un saludo y toma su camino. Este era Leo un chico de 15 años de cabello castaño rojizo y con ojos miel. Podía parecer un muchacho bastante serio cuando su boca estaba estática pero la mayoría del tiempo prefería idiotizar a la gente con comentarios fuera de sí. Era lo bastante travieso e insoportable para la gente que le rodeaba pero la única persona en el mundo que podía hacerle perder la paciencia era su hermana mayor, Martina.

Martina era una fanática de los videojuegos y la razón porque Leo los considerase estúpidos y no le tuviese el más mínimo interés.

Al estar frente a la puerta de entrada de su casa, Leo introduce la llave pero se da cuenta que alguien ya había llegado antes que él, tomó un hondo respiro para darse ánimos de girar la perilla y encontrarse en la sala a su hermana saltando como una cangura loca.

- ¡¿Se puede saber qué demonios estás haciendo?! ¡¿Practicado para un concurso de saltos olimpicos?! - dice Leo mirando molesto a la hermana suya que al parecer había perdido un tornillo.

- GANÉ! GANÉ!

- ¿El concurso de saltos? - pregunta Leo con sarcasmo levantando una ceja.

- No imbecil - se acerca su hermana y le da un golpe en la cabeza volviendo a poner una tonta sonrisa de felicidad - ¡Me ghvfdcd hxjgv kgvjgfxs dxh kyguivd! - chilla.

- ¡¿QUÉ?!

OTRO GOLPE!

- ¡me gané dos entradas para la Freedom Week! LOL ¡Voy a morir de felicidaaaaad! Voy a poder ver la nueva versión de...!

- Yayayaya cálmate loca chica gamer

- Perop también será la final de la e-sports

- Waaaaaaaaaaa no quiero saber, shush! shush! - la aparta de si - No quiero que me contagies tus virus, asi que aléjate satanás.

- Tú vendrás conmigo.

- No bromees

- Lo digo en serio, nuestros padres ya dieron la condena ojojojó - ríe martina entre dientes. Leo la mira con ambos ojos abiertos como si fuesen un par de platos y corre a la cocina en donde su madre cantarreaba una desafinada canción de ópera.

- ¡¿Me obligarán a ir con esta loca a otra de sus tontas convenciónes?! ¡Va a ser la tercera de este año! - protesta Leo clamando piedad en su rostro. Su madre estalló en carcajadas y afirmó con unas cuantas palabras lo que más temía. Tendría que acompañar a su gorda, antisocial y maniática cosa llamada hermana a una convención por la cuál no sentía ni la más mínima gota de emoción y no tardaron los dos días que faltaban para que se celebrase la convención.... que tuvo que verse forzado a acompañar a la indefensa Martina.

El padre de Martina y Leo los había acercado en el coche hasta las afueras del gran centro de convenciones en donde ya la gente hacía fila para poder ingresar. Leo mira con desánimo a la multitud y se aferra a un hilo de la camisa de Martina por miedo a que ella se diese cuenta de que todavía seguía siendo un hermano menor muy infantil.

Apenas cruzaron las puertas se hallaron con otro mundo, en el que los muros pareciesen que no estuviesen repletos de pantallas gigantes que representaban en sus pixeles la entrada a un mundo totalmente virtual. Parecía magia, encontrarse con tantas cosas que superaban a las otras convenciones, estantes, sectores de diversión, exposiciones, mostrarios y artículos de nueva generación tecnológica.... todos ellos parecían estar fundidos en un solo paisaje.

Cuando Leo quiso darse una bofetada para no dejarse engañar por la apariencia de ese maniático mundo se percató que Martina ya no estaba a su lado y había dejado atrás su camisa roja a cuadros que sostenía leo en su mano.

"¡MARTINA!" pensó aterrorizado, se llevó las manos a la boca y comenzó a depredar sus uñas al ver que no había rastro de su hermana por ningún lado.

"¡Esa gorda lo hizo otra vez, me abandonó! Debe estar en alguna parte solo con la polera que llevaba debajo de la camisa"

"¡¿Y si le hace frío por el aire acondicionado?!"

"¡QUE ME IMPORTA SI LE HACE FRÍO!"

"VOY A MATARLA"

El pequeño hermano menor emprendió la búsqueda de su hermana dando pesados pasos por los pasillos.... sin saber que a 100 metros un chico castaño que llevaba un par lentes grandes y un gorro se deslizaba entre la multitud a su encuentro.

Dylan caminaba con un folleto entre las manos, empernecido en los estantes que estaban a su alrededor aún no había decidido que comprar para conmemorar como recuerdo de la convención..... cuando escuchó los diminutos quejidos de un muchacho que trataba de zafarse de una multitud de personas que se aglomeraban en un solo stand y no dejaban librarse al pequeño de ellos.

Dylan le tomó de la mano y le jaló hacia él.... pero tal sería el esfuerzo por sacar al muchacho que Leo terminó cayendo ensima suyo....

.......y por primera vez sus ojos se encontraron.

¡Noob a la vista! - Yaoi [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora