Mira, no se que es lo que este pasando contigo pero no tienes que afrontarlo solo.
Donde Spencer Reid encuentra lo que el podria catalogar como un Angel.
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Se sentía diferente, o al menos eso le parecía a Spencer. Mientras cruzaba la sala en dirección a la oficina, su mente estaba dividida entre el alivio de regresar y el peso de sus propias inseguridades.
Habían pasado al menos dos semanas desde que se tomó un tiempo para recuperarse, y aunque se sentía un poco más fuerte, la incertidumbre todavía lo acompañaba como una sombra persistente.
—Reid. —Morgan fue el primero en notarlo, acercándose con una sonrisa despreocupada, pero con una chispa de genuina alegría en los ojos—. Mira quién ha decidido volver a unirse al equipo.
—Hola, Morgan. —Spencer sonrió tímidamente, ajustándose el maletín en el hombro.
—Es bueno verte de nuevo, Spence —añadió JJ, que se unió al pequeño grupo. Ella le dio un suave apretón en el brazo—. Te extrañamos.
Spencer respondió con una sonrisa agradecida, pero no pudo evitar sentirse un poco abrumado por la atención.
Aunque apreciaba el apoyo, no podía evitar preguntarse si ellos también notaban lo diferente que se sentía por dentro.
El día transcurrió lentamente. Hotch había decidido darle tareas ligeras para facilitar su transición, asignándole la revisión de perfiles en lugar de entrevistas en el campo. Spencer se concentró, sumergiéndose en los detalles de los informes como una forma de recuperar el ritmo.
Sin embargo, los pensamientos intrusivos seguían apareciendo:
¿Qué pasará si fallo? ¿Y si no puedo manejar la presión? Para contrarrestarlos, recordó las palabras de Violet de aquella noche: "Lo importante es que sigues intentándolo."
Al final del día, mientras organizaba los papeles en su escritorio, Morgan pasó a su lado y le dio una palmada en el hombro.
—Buen trabajo hoy, Reid. Es bueno tenerte de vuelta.
Spencer asintió, sintiendo un pequeño destello de orgullo por haber superado su primer día.
[•••]
En la tranquila aula de arte, Violet caminaba entre las mesas de sus estudiantes, ofreciendo consejos y pequeños ajustes mientras ellos trabajaban en sus pinturas.
Era una clase enfocada en retratos, y los niños estaban profundamente concentrados en sus lienzos, algunos murmurando entre ellos, otros completamente absortos en sus pinceladas.
—Recuerda, Emily, el contraste en las sombras es lo que dará profundidad a la cara —dijo Violet, inclinándose junto a una estudiante para señalarle un detalle en su trabajo.
La joven sonrió y asintió, volviendo a su pintura.
Mientras caminaba de regreso a su escritorio, su teléfono vibró suavemente en el bolsillo de su delantal. Lo sacó y vio un mensaje de Spencer:
"Primer día de regreso. Sobreviví."
Violet no pudo evitar sonreír mientras escribía una respuesta:
"Sabía que lo harías. ¿Qué tal estuvo?"
La respuesta llegó casi de inmediato.
"Un poco extraño, pero bien. Todos fueron amables. Creo que puedo manejarlo."
Su corazón se calentó al leerlo. Spencer estaba dando pasos importantes, y aunque sabía que el camino no sería fácil, cada pequeño avance era una victoria.
—¿Señorita Campbell? —La voz de uno de los estudiantes la sacó de sus pensamientos.
—¿Sí? —respondió rápidamente, guardando el teléfono en su bolsillo y dirigiéndose hacia él.
Aunque se centró en su clase, cada pequeño mensaje que intercambió con Spencer a lo largo del día fue un recordatorio constante de que estaba ahí para él, incluso en la distancia.
[•••]
Cuando la última clase terminó y el aula quedó vacía, Violet comenzó a recoger pinceles y materiales, tarareando suavemente una melodía.
Apenas había terminado de guardar las paletas cuando alguien golpeó suavemente la puerta abierta.
—¿Vi...?
La joven alzó su vista casi de inmediato al escuchar aquel timbre de voz tan familiar para ella, y una sonrisa se expandió por sus labios al ver al castaño en la puerta.
—¡Spencer! —exclamó sorprendida, dejando lo que estaba haciendo—. ¿Qué haces aquí?
—Pensé que podía pasar a saludarte—Menciono sujetando su maletín contra el— Tuve algo de tiempo después del trabajo y... bueno, quería agradecerte.
Violet sonrió, acercándose a él.
—¿Por qué exactamente?
Spencer se encogió de hombros, con una ligera sonrisa nerviosa.
—Por... todo— sus hombros subieron y bajaron— Por escucharme, por no juzgarme, por... ser tú.
Un intenso oleaje de emociones la abordó, y un cosquilleo la recorrió por completo, el cual se esforzó para mantener a raya.
—Bueno, es lo que hacen los amigos, ¿no?
Spencer la observó unos momentos, y el genio no sabía cómo explicar el porqué esa palabra se escuchaba tan incorrecta.
—Tienes razón, eso es exactamente lo que hacen los amigos— Un suspiro salió de sus labios mientras la observaba.
Violet también lo observó, pues al igual que el genio ese sentimiento de incorrección también la has abordado.
Entonces movió ligeramente su cabeza, disipando todos aquellos pensamientos que la habían invadido.
—¿Qué te parece si me ayudas aquí? —Preguntó señalando el salón— y después podemos caminar, claro si quieres.
—Claro, hay que hacerlo.
Y entonces ambos comenzaron a organizar la sala de arte, en la que por cierto no demoraron mucho , un silencio cómodo los y un sin fin de pensamientos que los mantenían confusos.
Nota al final del capítulo. Este es solo un capítulo de relleno, muy necesario, nos vemos en la próxima ^^
