—¡Suéltame!
—Sabes que podría matarte ahora mismo si quisiera —le dijo y lo apretó contra su pecho—. ¿Lo sabes, verdad?
Beomgyu asintió con la cabeza.
—Será mejor que te comportes. —Aflojó la presión de su mano—. Ahora nos bajaremos y actuarás con naturalidad.
Beomgyu sintió algo punzante que se le clavaba en la espalda.
—Baja —le ordenó—. Y no hagas nada de lo que puedas arrepentirte.
Las piernas le temblaban cuando logró bajarse del Ford Focus. Soobin continuaba sujetándolo por un brazo y cuando le hizo darse media vuelta vio que lo que llevaba en la otra mano era una navaja. Beomgyu miró desesperado a su alrededor, pero, a pesar de que se encontraban en una zona urbanizada, el lugar estaba desierto. Había dos edificios que parecían estar abandonados y un terreno baldío que ocupaba casi toda la manzana.
—Camina —le ordenó y lo tomó por la cintura.
—¿Adónde me llevas? —Sus labios temblaban al igual que todo su cuerpo mientras comenzaba a moverse arrastrado por él.
—A nuestra última morada, Gyu.
***
Yeonjun supo que habían llegado demasiado tarde. No había señales de Beomgyu; solo estaban Boris y Otelo II que retozaban en el suelo del salón comedor.
—¿Crees que estará con él? —Yeji podía percibir y comprender la expresión de desesperación que traía su compañero desde que habían abandonado la jefatura.
Yeonjun corrió hasta la terraza y se asomó al balcón. ¡Los policías que vigilaban el edificio! Ellos seguramente debían de haber visto algo.
—¡Bajemos! —dijo y pasó como una ráfaga al lado de Yeji.
En unos cuantos segundos estaban cruzando la acera.
—¿Habéis visto a Beomgyu? —preguntó y se apoyó en la ventanilla abierta.
El oficial que ocupaba el asiento del conductor movía sus mandíbulas de un lado a otro al compás de su goma de mascar. Luego asintió nervioso.
—Sí —balbuceó—. ¿Qué sucede, detective? Ha salido con el periodista ese, el que cojea.
El puño cerrado de Yeonjun se estrelló con fuerza contra el techo del automóvil.
—¡Maldición!
El temor le provocaba un dolor palpitante en el pecho. Había logrado dar, por fin, con el hombre que lo había secuestrado y en el preciso momento que él estaba bajo su poder otra vez. Se lo había vuelto a llevar, bajo las narices de todos; se había ganado su confianza y lo había engañado para terminar con lo que no había podido concluir cuatro años atrás.
Sintió el brazo de Yeji sobre su hombro y supo que estaba tratando de tranquilizarlo, pero sus palabras le sonaban lejanas y retumbaban en su cabeza. En su mente solo existía espacio para Beomgyu en aquel momento.
Una punzada de dolor le atravesó el pecho. Agachó la cabeza y cerró los ojos. ¡Por Dios! Si le sucedía algo a ella no podría soportarlo.
—Jun...
—¡Es culpa mía, Yeji! —gritó y apretó con fuerza los puños—. ¡Debería haberlo sabido!
Yeji lo obligó a que la mirara a los ojos.
—Yeonjun, no te culpes. Todo este tiempo has cuidado de Beomgyu y te has preocupado por su seguridad; jamás podrías haber imaginado que ese sujeto llegaría hasta el punto de meterse en tu propia casa y jugar al reportero con él. —Le acarició la mano que seguía tensa—. Nadie podría habérselo imaginado; no pierdas tu tiempo culpándote.
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Serial Killer (Yeongyu)
Random*Obra Adaptada *Todos los derechos y créditos a: *Fanfic Yeongyu *Yeonjun Top, Beomgyu Bottom *Historia con contenido +18, sino es de tu agrado este tipo de contenido, solo retírate y si hay algún problema, con toda la educación dirígete hacia mi y...
