Él asintió; aquel, sin dudas, era un avance importante, pero todavía debían identificar al dueño de aquellas huellas.
—Sigamos con los integrantes de Delta-Omega y comparemos las huellas.
—Bien. —Yeonjun regresó a su asiento y continuó leyendo expedientes. Le ardían los ojos ya, pero no le importaba. Estaban cerca y no se detendrían en ese momento.
Dos horas después parecía que la búsqueda no daría ningún resultado. De vez en cuando, ambos se miraban por encima de los monitores con la resignación y el cansancio pintados en sus rostros.
—Jun, he encontrado algo —dijo de repente Yeji.
Él se levantó y fue hacia ella.
—Siempre nos preguntamos por qué había esperado cuatro años para volver a reaparecer en la vida de Beomgyu. —Puso el dedo en la pantalla—. Mira esto: uno de los integrantes de Delta-Omega estuvo en prisión durante más de tres años. Una muchacha lo denunció por acoso e intento de secuestro dos meses después de que Beomgyu se escapara. Salió en libertad tres semanas antes del primer homicidio. —Yeji abrió el expediente de aquel sujeto—. Su nombre es Soobin F. Massey.
—¡Busca su foto! —le pidió Yeonjun. Su rostro se había empalidecido de repente—. ¡Oh, por Dios!
—¿Qué sucede? —Yeji miró con atención la foto del sospechoso y le resultó familiar.
—¡Soobin F. Massey! —Yeonjun no lo podía creer—. ¡Es Soobin Franklin!
—¿El reportero que se nos acercó cuando fuimos a ver a Kai Johnson?
—¡Sí! ¡El mismo! ¡Usó a su mejor amigo para llegar hasta él! — Comprendía, por fin, aquella sensación que lo había estado inquietando toda la mañana—. ¡Le está haciendo una entrevista a Beomgyu! ¡Dios mío, debe de estar con él en este preciso momento!
Yeji se puso de pie de un salto y tomó su arma.
—¡Voy contigo!
Yeonjun ya atravesaba los pasillos de la jefatura a toda velocidad cuando ella apenas salía de la oficina.
***
—Por lo que veo, te gusta la música de los ochenta —dijo Beomgyu inquieto mientras acomodaba de nuevo las cintas en su lugar.
Podía ser solo una coincidencia. Debía de serlo. No era extraño que hubiese encontrado una cinta de Patrice Rushen en su automóvil si le gustaba la música de aquella época.
—Sí —le respondió y la miró a los ojos—. ¿Sabes cuál ha sido siempre mi cantante favorita?
Él negó con la cabeza. Estaba comenzando a temblar.
—Patrice Rushen. —Esbozó una sonrisa—. En 1982, una de sus mejores canciones llegó a convertirse en un gran éxito.
—¿Cómo... cómo se llamaba? —titubeó.
Soobin detuvo el automóvil y se giró hacia él.
—Creo que lo sabes, Gyu.
Beomgyu se quedó quieto, casi sin atreverse a respirar. Buscó la manilla de la puerta, pero él fue más rápido. Se abalanzó sobre él y le sujetó la mano.
Estaba dominado por un terror gélido, su mente se bloqueó y, por un instante, el pasado se mezcló con el presente.
—No te escaparás de mí, Gyu, no esta vez —sentenció cerca de su oreja.
Se retorció debajo de él e intentó empujarlo hacia atrás con todas sus fuerzas, pero él cerró la mano en torno de su cabello y tiró con fuerza.
Beomgyu gritó de dolor.
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Serial Killer (Yeongyu)
Random*Obra Adaptada *Todos los derechos y créditos a: *Fanfic Yeongyu *Yeonjun Top, Beomgyu Bottom *Historia con contenido +18, sino es de tu agrado este tipo de contenido, solo retírate y si hay algún problema, con toda la educación dirígete hacia mi y...
