—Debemos hacerlo, cariño. —Esbozó una sonrisa seductora—. Considéralo como parte de mi trabajo.

Trabajo. Beomgyu lo sabía, él siempre había formado parte de su trabajo, sin embargo, escucharlo de sus propios labios era mucho más doloroso aún. ¡Y él que creía que existía un vínculo especial entre ellos! «¡Reacciona, Beomgyu!», se dijo para sus adentros. «¡No imagines lo que no es!» Tal vez Yeonjun Kim, además de ser un competente detective, era un excelente actor que representaba su papel no solo frente a sus vecinos.

Se preguntó si no había estado actuando con él desde el principio.

Prefirió no responderse, porque la respuesta a aquella duda era demasiado dolorosa.

Después de que el partido finalizase, Mónica lo buscó.

—Ven, charlemos un poco —le dijo, mientras su marido y Yeonjun caminaban delante de ellos y comentaban los pormenores del partido.

Beomgyu le sonrió, era una mujer simpática y a pesar de que renegaba de su marido, se notaba que lo adoraba.

—¿Sabes?, hace más de un año que conocemos a Yeonjun y nunca nos había presentado a ninguna pareja suya —le dijo mientras lanzaba una mirada a Yeonjun que escuchaba con atención como su esposo le explicaba la jugada que había llevado a los Falcons a anotar su tercer gol, el que les había dado la victoria definitiva.

—Me halaga ser el primero —respondió Beomgyu deseoso de seguir escuchando lo que Mónica tenía que decirle.

—Ha traído varias personas a su casa, eso sí —bajó el tono de su voz para evitar ser oída—. Jessie y yo hemos visto desfilar unos cuantos por allí.

Beomgyu intento sonreír de nuevo, pero no pudo. No tenía ningún motivo, ni el menor derecho, sin embargo sintió celos.

—Puedo imaginármelo —se limitó a responder. Seguramente una de aquellas conquistas se había dejado olvidado el sujetador en alguna de sus visitas.

—Pero ahora parece que va a sentar cabeza. Te ha encontrado a ti y no dudó en pedirte que fueras a vivir con él. —Su rostro regordete adquirió una expresión de emoción—. Ambos sabemos cuál es el siguiente paso.

Beomgyu alzó las cejas.

—¿Siguiente paso?

—Sí. Cuando Jessie y yo llevábamos ya tres años de novios él me pidió que probáramos la convivencia. Compartimos el techo diez meses antes de que por fin me lo propusiera.

Entendió finalmente aquello de lo que Mónica estaba hablando, pero no podía decir o hacer algo para sacarla de su error.

—No lo sé —respondió. ¡Por Dios, ni siquiera sabía qué decirle para salir del paso!

—Hacéis una pareja muy bonita, Beomgyu; además reconozco a una persona perdidamente enamorada cuando la veo.

Beomgyu se detuvo en seco. ¿Qué estaba diciendo aquella mujer? ¿Acaso estaba representando su rol de novio de Yeonjun tan bien? Él no estaba enamorado de Yeonjun, no podía estarlo.

Lo observó. Seguía caminando junto a Jessie un par de pasos por delante. De repente, como si supiera que tenía sus ojos clavados en la espalda, Yeonjun se dio la vuelta y lo miró. No era la primera vez que lo miraba de aquella manera; sin embargo, Beomgyu sintió que él lo estaba contemplando de un modo diferente. Él le sonrió y ahí supo entonces que era verdad. El papel que había estado desempeñando se había vuelto contra él: lo amaba. Amaba a Yeonjun Kim y ya no podía negarlo.

Desvió la mirada de inmediato, temeroso de que él descubriera lo que sus ojos ya no podían ocultar.

***

Serial Killer (Yeongyu)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz