Serial Killer (Yeongyu)

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Yeonjun exhaló un lento suspiro. Estaba exagerando y debía calmarse si no quería que sus nervios terminaran destrozados.

—Perdóname tú a mí. A veces me tomo mi papel de policía demasiado en serio —dijo y esbozó una sonrisa.

—No te preocupes.

Caminaron de regreso hasta el otro extremo del parque y Yeonjun invitó a Beomgyu a sentarse junto a él en un banco.

La gente pasaba frente a ellos, algunos corrían y otros caminaban. De pronto, Beomgyu distinguió a un hombre que se acercaba a ellos mientras los saludaba con su mano. Nunca antes lo había visto.

—¡Detective Kim!

Beomgyu notó una marcada cojera en una de sus piernas.

Yeonjun lo observó e intentó recordar de dónde conocía a aquel hombre.

—Soy Soobin Franklin, nos conocimos el otro día en la redacción del Fresno Bee.

—Por supuesto. —Yeonjun estrechó su mano.

Beomgyu relacionó de inmediato aquellos dos nombres. Kai le había hablado de él.

Soobin Franklin sonrió de oreja a oreja.

—¡Qué casualidad encontrarlo por aquí!

—Lo mismo digo, señor Franklin.

—Soobin. —Desvió sus ojos marrones hacia Beomgyu.

—Él es Beomgyu —dijo Yeonjun y los presentó.

—¡Beomgyu Carmichael, por fin nos conocemos!

Yeonjun se quedó pasmado.

—¿Qué quiere decir con eso?

Beomgyu decidió entonces intervenir; después de todo, era mejor que Yeonjun se enterará de lo que Kai le había comentado antes de que terminará por apuntarle también a él con su pistola.

—Yeonjun, el señor Franklin trabaja con Kai...

—Eso ya lo sé —lo interrumpió.

—Cuando vino a visitarme el otro día, Kai me habló de él y de su interés en entrevistarme —explicó.

—¿Entrevistarte? —Seguía sin entender mientras observaba el rostro demasiado entusiasta del reportero.

—Así es, detective. Sigo el caso del Asesino de las Flores y supe que el secuestro que sufrió el señor Choi hace cuatro años fue cometido por el mismo hombre que asesinó a esos cuatro muchachos.

—¿Cómo ha sabido todo eso?

—Kai se le contó, Yeonjun.

Yeonjun frunció el ceño; no le gustaba nada la idea de que aquel reportero supiera tanto de él. Sabía que la prensa era muy influenciable y una información dada erróneamente podría perjudicar su trabajo.

—Mi verdadero interés es escribir una novela basada en la historia del señor Choi —señaló—. Por eso me atreví a pedirle a Kai que me consiguiera una entrevista con él.

Los ojos azules de Yeonjun se clavaron en Beomgyu. Él percibió un destello de enfado en ellos.

—Yo no estaba enterado.

—Te lo iba a decir, es solo que se me había olvidado —dijo y se mordió el labio inferior.

—¿Has accedido a ser entrevistado?

Beomgyu asintió.

—Es un favor que Kai me pidió, no podía negarme.

—Entiendo.