—¿Qué sucede con él? —Beomgyu sintió pánico.
—Esta mañana, cuando vino el detective guapo, salió disparado y no ha vuelto desde entonces.
Beomgyu pasó por su lado sin siquiera mirarlo. Buscó a su gato, de manera frenética, por todos los rincones de la casa, en sus lugares favoritos, pero no había señales de él. Kai se unió a su búsqueda, aunque sabía que sería inútil; él mismo lo había buscado varias veces durante el día sin obtener resultados. Bajaron al sótano y después salieron al patio. Uno de sus vecinos les dijo que lo había visto por la parte trasera de la vivienda esa mañana temprano, pero cuando había vuelto a mirar, el gato ya no estaba allí.
Le dieron las gracias y volvieron a la casa. Beomgyu, exhausto y abatido, se dejó caer en el sofá de la sala.
—Tal vez haya una gata en celo en el vecindario —comentó y se cruzó de brazos. No era la primera vez que Otelo desaparecía, solo que la vez anterior se había subido a la copa de un árbol y, por miedo a bajarse, se había quedado allí arriba todo el día hasta que Taehyun pudo finalmente bajarlo—. ¡El árbol!
—Ni siquiera te molestes, Beomgyu. Yo ya he estado ahí y no está. Además, no creo que sea tan tonto para subir allí de nuevo, después de todo el escándalo que causó la otra vez —dijo y esbozó una sonrisa para quitarle un poco de drama al asunto.
—Estaba asustado de verdad. —Beomgyu sonrió al recordar sus enormes ojos verdes y lo rápido que latía su corazón cuando lo acurrucó contra su pecho.
—Aparecerá, Beomgyu. —Se sentó a su lado—. Seguramente está haciéndose el donjuán con alguna gata del vecindario mientras tú estás aquí afligido por él.
Beomgyu asintió con un leve movimiento de cabeza. Deseaba, con todo su corazón, que así fuera. Otelo era, para él, más que una mascota; adoraba a esa bola de pelos color fuego que había llegado a su vida dentro de una caja de cartón, prolijamente envuelta y adornada con un enorme lazo de color rojo en forma de rosetón. Lo adoraba, porque había sabido conquistarla de inmediato con sus maullidos y ronroneos; pero, sobre todo, porque había sido un regalo de su hermano que había aparecido una tarde con la caja y con un aire misterioso. Habían pasado seis meses desde su reaparición, y Otelo fue como una chispa de alegría en medio de tanta tristeza.
Kai le dio unas palmaditas en la mano.
—No te preocupes, cuando le duela la barriga de hambre, regresara.
—Sí —respondió apenas. Levantó las piernas y se las rodeó con ambos brazos, apoyó el mentón sobre las rodillas y cerró los ojos. No quería llorar, y apretó los parpados con fuerza.
—Distraigámonos un poco. —Kai tomó el mando a distancia y encendió la televisión. Estaba sintonizado en el canal de las noticias cuando, de pronto, escuchó una voz masculina hablar. Beomgyu abrió los ojos de inmediato.
—¡Mira, es el detective Kim! —exclamó Kai y se acomodó mejor en el sofá.
Beomgyu continuaba con la mirada fija en la pantalla del televisor.
La voz grave del hombre que había estado esa misma mañana hablando con él se mezclaba, en ese momento, con la de los insistentes reporteros.
—Es mucho más guapo en persona, ¿no crees? —preguntó Kai.
Beomgyu la miró.
—Es en lo que menos me fijé mientras estuvo aquí —contestó con seriedad. Anhelaba que su amigo quedara satisfecho con su respuesta.
Una de las cámaras hizo un primer plano a su rostro, y Beomgyu experimentó un leve estremecimiento al recordar la forma en que aquellos ojos, intensamente azules, la habían mirado esa mañana.
ESTÁS LEYENDO
Serial Killer (Yeongyu)
De Todo*Obra Adaptada *Todos los derechos y créditos a: *Fanfic Yeongyu *Yeonjun Top, Beomgyu Bottom *Historia con contenido +18, sino es de tu agrado este tipo de contenido, solo retírate y si hay algún problema, con toda la educación dirígete hacia mi y...
