Yeonjun observó todo como si, analizando sus pormenores, pudiera descubrir lo que había sucedido allí. Había cosas que representaban un extraño déjà-vu, una escena que ya habían visto con anterioridad.
—Yeonjun, Yeji, ¿cómo estáis? —saludó el forense, a la vez que apartaba por un segundo la atención de la víctima para concentrarse en los policías.
—Hemos tenido días mejores, Hyunjin —dijo Yeji mientras recorría la habitación con especial cuidado de no pisar los pétalos de flores esparcidos por encima y alrededor de la cama.
—Lo sé.
—¿Tienes ya la causa de la muerte? —quiso saber Yeonjun, aunque sabía de antemano su respuesta.
—Podré decirte más después de la autopsia. —Le indicó que se agacharan—. Pero a priori diría que es muy probable que haya sido estrangulado.
Ambos policías observaron los rastros de sangre en los ojos de la víctima.
—Hemorragia petequial —aseveró Yeonjun.
—Así es, amigo. —No se sorprendió ante su afirmación; después de varios años trabajando para la policía, aquellos términos exclusivamente médicos no le eran del todo desconocidos.
—Igual que el hombre asesinado hace dos semanas en el boulevard Golden State —dijo Yeji, tras lanzar un suspiro.
—Me temo que no es lo único que tienen en común, Yeji. —Sacó un par de guantes de látex del maletín del forense y se arrodilló—. Las dos víctimas llevan el mismo peinado, y ambos son castaños.
—Sí, lo había notado.
Yeonjun levantó la camisa del joven y no se sorprendió con lo que vio.
—El mismo maldito tatuaje, justo debajo de las costillas; las mismas malditas flores regadas por toda la habitación —señaló Yeji contrariada.
No era la primera vez que se enfrentaban a un asesino en serie, pero los dos años que llevaba en la División de Crímenes Violentos le decían que se estaban enfrentando a alguien muy diferente. Un loco demasiado inteligente como para no dejar huellas ni fibras en las escenas de los crímenes; alguien que buscaba, mediante sus víctimas, revivir la imagen de algún hombre que, de seguro, había tenido un significado crucial en su vida.
—Debe de ser su padre —murmuró.
—¿Qué has dicho? —Yeonjun levantó una ceja.
—Este maldito demente seguramente pretende traer de nuevo a su padre; y lo hace con sus víctimas.
Yeonjun se puso de pie y así permitió que Hyunjin continuase con los estudios preliminares.
—No creo que sea a su padre a quien trata de revivir. —Se pasó una mano por la mata de cabello negro cuidadosamente peinado hacia atrás —. Observa los rizos, la camisa blanca y de estilo juvenil; además, las dos víctimas son jóvenes; si quisiera representar a su padre buscaría a hombres mayores, no a jóvenes.
—Sí, es probable que tengas razón. —Buscó un par de guantes para ella.
—¿Cuándo murió, Hyunjin? — Yeonjun observó el rostro del muchacho.
Estaba blanco y tenía los labios entreabiertos en una mueca casi siniestra.
Pero lo que más le llamaba la atención eran sus ojos; estaban muy abiertos, parecían guardar el terror y la angustia que debía de haber padecido en sus últimos segundos de vida.
—Según la temperatura del hígado, lleva unas seis horas muerto.
Yeonjun observó su reloj.
—Eso quiere decir que fue asesinado, aproximadamente, a las dos de la madrugada.
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Serial Killer (Yeongyu)
Random*Obra Adaptada *Todos los derechos y créditos a: *Fanfic Yeongyu *Yeonjun Top, Beomgyu Bottom *Historia con contenido +18, sino es de tu agrado este tipo de contenido, solo retírate y si hay algún problema, con toda la educación dirígete hacia mi y...
