YeonDaddy (Yeongyu)

12

Las palabras para rogar por todas esas cosas están en la punta de mi lengua, pero cuando abro la boca, lo único que logro es un llanto necesitado mientras me pellizca el pezón entre el pulgar y el índice.

Puedo sentir el punzante y doloroso aguijón a través de la punta de mi polla y en mis bolas, todo mi cuerpo reverberando con él.

—Papi —jadeo.

Yeonjun emite un sonido de satisfacción en el fondo de su garganta y se mueve para hacer lo mismo con mi otro pezón. Aunque lo espero esta vez, no disminuye el impacto. Mi polla se sacude y palpita, mis pelotas se aprietan y jadeo en voz alta.

—Qué hermoso —murmura de nuevo, combinando el siguiente pellizco áspero con el mordisco agudo de sus dientes contra la tierna carne de mi garganta.

—Oh, joder —lloro, mis muslos tiemblan por el esfuerzo de contenerme para no volver a empujar, para buscar el alivio que mi cuerpo está tan desesperado.

Yeonjun toma mi labio inferior entre sus dedos.

—Lenguaje —gruñe antes de volver a meter su lengua en mi boca—. ¿Color? —lo comprueba cuando retrocede de nuevo.

—Verde. Así que jo... —Me contengo, lo cual es una gran hazaña teniendo en cuenta lo confuso que ya se siente mi cerebro, lo fácil que es hundirme en el subespacio con Yeonjun, sabiendo que él cuidará de mí—. Verde —digo de nuevo.

—Buen chico —elogia. Las palabras son mejores que cualquier toque que pueda dar, y eso es decir algo porque su mano ya está vagando por mi cuerpo, provocándome mientras se acerca más y más a donde estoy palpitando por él—. Esto es lo que vamos a hacer.

Asiento distraídamente, ya de acuerdo con lo que sea que vaya a decir mientras juega con la hebilla de mi cinturón, su palma apenas roza mi bulto necesitado.

—Vas a tomar la polla de papi en tu boca como la puta ansiosa que eres —dice la palabra tan casualmente, haciendo que explosiones más urgentes y necesitadas detonen dentro de mí—. Primero necesito relajarme. Después de eso, iremos a darnos una ducha juntos. Voy a enjabonar tu agujero codicioso y tocarte hasta que seas un charco de desesperación. Luego te llevaré a mi cama, donde perteneces, y te llenaré de mi polla. Quiero ver cuántas veces puedo hacerte correrte antes de que te desmayes por el cansancio.

Mi polla se agita de nuevo, palpitando tan fuerte que, por un segundo, creo que he sido muy malo y que realmente he empezado a correrme. Tengo ganas de correrme, oleadas de placer caliente me recorren y lo único que puedo hacer es jadear y gemir. La mano de Yeonjun envuelve la base de mi polla con una mordaza, deteniendo la erupción sólo unos segundos antes de que esté a punto de empapar mi ropa interior.

—Sí, papi —digo con voz áspera.

—¿Qué hice para merecer un chico tan perfecto? —murmura, rozando sus labios contra mi oreja y luego tirando bruscamente del lóbulo entre sus dientes—. Mi dulce y cachondo cachorro.

Se desabrocha los pantalones y el sonido metálico de su cremallera se convierte instantáneamente en mi nuevo sonido favorito de todos los tiempos. Lamo mis labios, mis ojos fijos en el frente tenso de sus jeans mientras él mete la mano dentro y libera su larga, gruesa y venosa polla.

Pensé que mi juguete era una réplica increíble, pero de cerca y personalmente, veo que es una pobre representación de la realidad.

Claro, es del mismo tamaño y forma, pero le falta el líquido preseminal brillante que rezuma de su raja, los rizos oscuros de vello púbico alrededor de la base, el calor que irradia mientras usa su agarre en mi corbata para atraer mi cara hacia su regazo.