3 | Complicated | Jaeyong

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—¿Signor Bianchi? (¿Señor Bianchi?)—preguntó el del traje azul con obvio acento italiano.

Bianchi se aclaró la garganta nerviosamente y miró a Jaehyun, quien asintió con la cabeza ligeramente.

—Si, sono il signor Bianchi (Si, soy el señor Bianchi).

—Deve venire con noi (Debe venir con nosotros) —dijo claramente el del traje azul.

—Cosa? Perchè? Chi siete? (¿Qué? ¿Por qué? ¿Quién eres?) —preguntó Bianchi. Jaehyun no estaba seguro de lo que decían, pero sabía lo que era con noi: ven con nosotros.

—Ci sarà tempo dopo per le domande. Ora venga con noi (Habrá tiempo más tarde para preguntas. Ahora venga con nosotros) —dijo el del traje beige mientras deslizaba su mano en su chaqueta.

Jaehyun no lo dudó. Se lanzó hacia delante para agarrar el brazo del hombre y le dio un codazo en la garganta, enviándole al suelo ahogándose y jadeando, demasiado concentrado en tratar de respirar que intentar sacar un arma. El del traje azul agarró a Bianchi, pero una dura patada en la parte posterior de la rodilla y un izquierdazo le empujó mientras la gente que les rodeaba jadeaba y se apartaba de las mesas, sobresaltados. Jaehyun tiró del brazo de Bianchi para conseguir que se alejara de la barra cuando el del traje beige empezó a ponerse en pie.

—¡Eso es lo que consigues cuando me cuelgas sobre una barandilla, bastardo! — gritó Taeyong en señal de triunfo por encima del caos de los comensales boquiabiertos.

Al oír ese grito, Jaehyun localizó a su compañero entre la bulliciosa multitud y dirigió a Bianchi en esa dirección. Este se apresuró hacia Norina, Taeyong la estaba arrastrando con él, y la abrazó con una oleada de preocupación. Jaehyun se volvió para mirar a su alrededor. Los clientes habituales bloqueaban el camino a la puerta, y se lanzó a por otra salida que pudieran usar antes de que la amenaza o la tripulación se acercaran.

—Cocina —dijo a Taeyong mientras empujaba a Bianchi de nuevo—. Hora de irse antes de que los de trajes se pongan peleones de nuevo.

—¿Peleones? —dijo Bianchi sin comprender.

—¡Vamos! —instó Jaehyun mientras empujaba el hombre y a su mujer delante de él.

Taeyong pasó un brazo alrededor de Jaehyun y lo abrazó con entusiasmo.

—Le diste una patada en el culo al hijo de puta —dijo alegremente—. ¡Dios, eso fue genial!

—¿Qué ha pasado con tu acento? —le preguntó Norina mientras era arrastrada.

—¿Eso es lo que te preocupa en este momento? —le preguntó Taeyong con incredulidad.

—¿Dónde está nuestra arma? —Preguntó Jaehyun.

—¿Tú no la tienes? —preguntó Taeyong, y Jaehyun juró en voz baja mientras los gritos furiosos detrás de ellos significaban que los hombres que debían ser los Dolce y Gabbana que iban en su persecución.

Empujaron las puertas dobles de la cocina industrial, ganándose miradas extrañas de los empleados del interior mientras corrían a través de las pasarelas, esquivando camareros, bandejas y carros de platos sucios. Alcanzaron una puerta de servicio en la parte trasera cuando Jaehyun miró al otro lado de la cocina para ver a Dolce y Gabbana golpear las puertas y correr directamente contra un camarero que pasaba. Los tres acabaron en el suelo de manera cómica.

Taeyong abrió con el hombro la entrada de empleados y cayó hacia el pasillo, sólo para frenar y extender los brazos para evitar que el resto de ellos siguiera corriendo.