Alison
Habían pasado 2 semanas desde aquel día en el lago, James y yo casi no podíamos pasar tiempo juntos.
Las únicas veces en las que podíamos vernos era en las pocas clases en la que estábamos juntos.
Incluso si quería salir con Kelsey no podía, tenía que quedar con ella en mi casa.
Hoy por fin lo iba a ver, solo nosotros dos en su casa, veríamos películas y lo convencería de tocar la guitarra.
Al llegar a su puerta toque tres veces, a James le encantaba ese número, una vez me mencionó que era de familia y era algo que les enseñaban desde niños, tres era una cantidad perfecta.
Después de dos minutos George abrió la puerta.
– Buenos días señorita Sophia, adelante. – mencionó, siempre educado.
– ¿Cuántas veces debo decirte que me llames Soph? – pregunté tratando de convencerlo una vez más.
– Tengo prohibido llamarlos así señorita. – replicó un poco serio.
– Oh, vamos George, a James no le molesta y menos a mi, siéntete libre de llamarme asi. – insistí pero ese hombre era más duro que una piedra y cuando tomaba su decisión era imposible que lo cambiara.
– Insisto señorita, no hay manera en que la llame así, el joven Alex bajara en un momento. – dijo sin dejarme espacio para insistir, salió de la habitación dirigiéndose a su despacho.
Después de unos momentos vi bajar a James, cabizbajo, se veía agobiado, como si algo lo estuviera atormentando, sus ojos estaban rojos, como si antes de llegar el hubiera estado llorando.
En el momento en el que sus ojos encontraron los míos su cara se contrajo, en la misma mueca que siempre hacía para hacerme saber que me veía, pero había algo diferente está vez, en su mirada se podía ver culpa y arrepentimiento, eso me aterro más que cualquier otra cosa en el mundo.
– James, ¿Que sucede?, ¿Estás bien? – pregunté preocupada, el solo me dedico una mueca que pretendía ser una sonrisa.
– No pasa nada, Ally. – dijo tratando de tranquilizarme, pero no sirvió para nada.
– Puedes decirme, aquí estaré, pase lo que pase.
Nunca había dicho nada más verdadero en mi vida, no tenía planeado alejarme de él nunca.
– Son solo mis fantasmas. – dijo con una pequeña sonrisa que no llegaba a sus ojos.
– Jamás me iré de tu lado, te lo prometo. -–le dije con la convicción del mundo entero.
Al acabar de pronunciar la frase, su mirada halló la mía y como si fuera un interruptor lágrimas empezaron a brotar de sus ojos, recorriendo sus mejillas hasta caer y manchar su camisa azul rey perfectamente planchada.
Lo abracé al instante, lo hice con todas mis fuerzas.
– Tranquilo, todo está bien, nada podrá separarme de ti, te lo prometo. – sus lágrimas se intensificaron.
Él me abrazó de vuelta, sus brazos rodeando mi espalda, me abrazó como si fuera la última vez, como si su vida dependiera de ello y escondió su rostro en mi cuello, mientras yo acariciaba su cabello, haciendo todo lo que podía por calmarlo.
Lo escuchaba murmurar algo pero no podía entender que era, su voz se escuchaba rota y ronca, casi no se oía.
Después de 3 horas logró calmarse, al separarnos, sus ojos estaban más rojos e hinchados, pero apesar de eso no dejaba de verse glorioso, como si fuera una pintura en la vida real.
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Beautiful Ghosts
Teen Fiction🚨Voy a publicar los capítulos de esta historia que no quiero que se pierdan para pasarlos a Ao3 más fácil 🚨, solo ignoren. 🚨Esta si recomiendo que no la lean🚨, aún mínimo, no me gusta, simplemente no conecte con los protagonistas y por eso no pu...
