Capitulo 2. Sidney, Australia.

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Se encontraba aquella chica completamente rubia, de ojos color azul cielo y un característico mechón azul que caía por su ojo derecho. Estaba en medio de una competencia de natación, era uno de los momentos más importantes de su vida, era la competencia estadal de natación, si lograba superar esta meta, llegaría a las nacionales y tal vez un día representaría a Australia en la competencia mundial. Entre el público solo había una persona aclamando su nombre, un muchacho de risos dorados, ojos color azul cielo y la piel blanca, iba vestido con una camisa blanca arremangada hasta los codos, unas bermudas beige y unos vans negros.

Mientras ella nadaba, solo pensaba en que dedicaría este triunfo a sus padres, ella sabía que ellos la estarían apoyando, que ella llegaría a la meta y ellos estarían orgullosos y así fue, salió del agua y ya no era solo una persona quien aclamaba su nombre, era el publico completo y el muchacho que antes estaba solo apoyando, corrió a su encuentro para recibirla con los brazos extendidos y sin importar su cuerpo mojado, la tomo por la cintura alzándola con mucha alegría, ella era la ganadora de la competencia estadal.

Ya después de la ceremonia de premios, las personas empezaron a retirarse, quedaban muy pocas personas, la chica salió del baño y la tomaron fuerte del brazo.

–Eres la nueva campeona y como buen primo que soy, te llevare por unos helados ¡Tú eliges el que quieras! – Era aquel chico que antes aclamaba por ella.

–Lo tomare en cuenta Tom pero luego, ahora tengo que ir hacer algo muy importante.

–¿Y qué tiene que hacer una chica de 16 años después de ganar la competencia Estadal de Natación si no es celebrar?

Ella no respondió, con solo verlo a los ojos el entendió de que se trataba, se acerco a ella, le dio un beso en la frente, le advirtió que no llegara tarde a casa y luego se fue, ella lo observo marcharse y al perderlo de vista tomo el camino contrario para marcharse. Ya a la salida del club donde se encontraba, una pelota de tenis choco contra su pie, ella la tomo, volteo a los lados buscando al posible dueño y se fijo en un muchacho que le estaba haciendo señas desde una de las canchas de tenis, ella lanzo la pelota y noto como el muchacho intento atraparla pero se le cayó, no estaba tan lejos y al detallarlo un poco pudo observar que en la muñeca con que intento atrapar la pelota estaba de un color rojo muy intenso, tal vez estaba hinchada, seguro ha practicado mucho para alguna competencia, ella no le prestó más atención al muchacho y siguió su camino.

Al salir tomo un taxi en dirección a las afueras de la ciudad, Sidney era una ciudad llena de edificios, pero cuando empezabas a acercarte a la zona de las costas y los muelles, todo cambiaba mágicamente. Al dejar de ver los edificios sabia que se estaba acercando a su destino, el taxi se detuvo en frente de lo que parecía un parque muy hermoso, hectáreas de césped muy verde, arbustos con flores delicadamente cuidadas y un sendero de piedra que hacia juego con la armonía del parque, ella entro y en realidad no era un parque, era un cementerio, cada vez que caminaba mas, lapidas bien cuidadas y todas con sus respectivas flores aparecían. Camino unos 5 minutos hasta llegar al pie de una pequeña colina y sobre ella había un gran y frondoso roble que abrigaba con su sombra a dos lapidas en especifico, ella se acerco a ellas y se arrodillo en frente, las limpio un poco y luego sonrió satisfecha.

Saco de su cuello la medalla que hace unas horas había ganado e hizo como si la estuviera mostrando.

–Papá, mamá, miren lo que he logrado hoy con su ayuda, se que donde quiera que estén están apoyándome y ¿Saben algo? Si gano la siguiente competencia podre representar al país ¡¿Pueden creer eso?! Es muy emocionante conseguir este tipo de logros pero lo disfrutaría mas si ustedes estuvieran aquí conmigo, en realidad, solo quisiera eso... Papá, cuanto extraño tu cálido abrazo tus "Hola linda" por la mañana, tus caricias y tus "Da lo mejor de ti" antes de cada competencia, mamá, extraño tu cálida sonrisa, tus hot cakes por la mañana – Se rio – Tus consejos ¿Sabes? Tengo 16 años, a estas alturas de la vida es cuando más necesito de una madre pero, ya lo sé, no podrás dármelos mas... Tom y los tíos tratan de hacer todo lo posible por hacerme feliz, se los agradezco siempre, pero nunca voy a dejar de necesitarlos a ustedes – Suspiró – Pero no importa, se que siempre estarán a mi lado pase lo que pase – Se levanto, sonrió y empezó a arreglar los alrededores de las lapidas.

El PactoWhere stories live. Discover now