12 CHICOS LOBOS - Capitulo 22

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Demián regresó con dos tazas de té y volvió a sentarse junto a ella. Le pasó una, tomando las fotografías que ella sostenía en la mano, para mirarlas una vez más mientras sonreía.

- ¿Crees que... - lo interrumpió de pronto – deberíamos regresarlas? Hablo de las fotos.

- ¿No deseas conservarlas? – preguntó bastante confundido pero complaciente.

- Claro que lo deseo, pero... ¿Qué pasaría si ellos realmente regresarán? Sería una verdadera lástima que no pudieran entregarles las fotos porque nosotros las robamos.

El chico la miró con condescendencia, como si deseara decirle que era muy poco probable que sus padres regresaran después de todo, pero no lo hizo. Por el contrario, Demián le sonrió con ternura y besó su frente.

- Si eso es lo que desea, no me opondré.

- Gracias, Demián.

Él pasó un brazo sobre sus hombros reconfortantemente, mientras ella volvía a reclinarse en sobre su pecho, dándole un sorbo a su té. Era de menta. Demián sabía que ese era su favorito. Dejó que el caliente líquido se deslizara cálidamente por su garganta, llenándola de paz.

- Así que... ¿Erika? – preguntó divertido.

- ¿Qué? – rodó los ojos sonriendo - ¿Te sorprende?

- Honestamente, no me lo esperaba. No tienes cara de Erika.

- ¿De qué tengo cara, entonces? – rio

- De Baby Doll, obviamente.

Aquello provocó que Erika riera, olvidándose por un momento de sus nuevas preocupaciones.

- ¿Le dirás a los demás? ¿Mi nombre?

- Nah, siempre me ha gustado como suena Baby Doll. – se encogió de hombros, sonriendo – Será nuestro secreto. – le guiñó un ojo.

- De acuerdo. – dijo devolviéndole la sonrisa.

Se quedaron en silencio, disfrutando de su mutua compañía mientras bebían el té de menta. De pronto escucharon ruido proveniente del pasillo. Demián se apresuró a tomar todos los documentos y a esconderlos detrás de su espalda antes de que alguien más pudiera verlos. Él y Erika enderezaron la espalda intentando aparentar completa normalidad.

Simón entró en la habitación, y al verlos se detuvo en seco. Pasó su mirada de Demián a Erika repetidas veces, finalmente entrecerró los ojos con sospecha.

- ¿Madrugaron? – preguntó con incredulidad.

- Sí.

- No.

Ambos se miraron. Habían contestado al mismo tiempo lo cual no le dejaba nada de credibilidad a sus apresuradas respuestas. Volvieron la vista hacia Simón, quien cada vez los miraba con más desconfianza.

- Un minuto... - dijo el chico avanzando – Hicieron una pijamada, ¿Y no me invitaron? ¿Qué sucede con ustedes? – preguntó ofendido.

Definitivamente tenían suerte de que Simón fuera tan inocente. El chico se sentía tan traicionado por no haber sido invitado a la "pijamada", que ni siquiera noto lo rígido que estaba sentado Demián, esforzándose porque no viera todos los documentos que por poco sobre salían de su espalda.

- No, Simón. – le aclaró Demián – Baby Doll tuvo una pesadilla, yo solo la ayude a tranquilizarse.

- Sí, claro. – rio - Eso es lo que uno dice cuando no quiere invitar a alguien a su pijamada. – contesto escéptico cruzándose de brazos.

12 CHICOS LOBOS ©Onde as histórias ganham vida. Descobre agora