Capitulo 2

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¿Como puede simplemente decirle que no a Jorge Blanco? ¿¡Como se atreve!?

−Jorge. ¿Jorge? −Abril hablaba, Jorge no la escuchaba.

−¡Jorge! - ese chillido lo hizo salir de sus pensamientos

−¡Que!¿Que te pasa? - Le pregunto ella.


Jorge negó con la cabeza y se levanto del asiento mientras se colocaba la bata.

−Nada, es solo que...− se paso la mano por la cabeza y la miro fijamente, tenia los labios pintados de un rojo fuerte, imposible concentrarse así.

−¿Qué pasa? ¿Tengo algo? - se toco el labio inferior con el dedo índice. ¡Todavía tenía el descaro de preguntarlo! Jorge acorto la distancia que había entre ellos y la beso.

Era imposible resistirse a las mujeres.
Jorge se separo de sus labios y quito un mechón de su rostro.

−Vale, no sé que tienen contra mi −dijo generalizando.

−¿Quienes? – Susurro Abril con la respiración agitada.

Jorge ignoro su pregunta y siguió de largo, le devolvió una mirada a todo su cuerpo.

−¿Que tienes en contra de los pantalones largos? – Grito estúpidamente al ver el mini vestido que cargaba. ¿Acaso lo hacía a propósito? Abrió la puerta y salió de allí. Camino por el gran pasillo del hospital y marco el ascensor.

Dos siglos después iba a llegar el ascensor.

−¿También tu, ascensor? ¿¡También tengo que calarte a ti!? - pronto como dijo eso las puertas del ascensor se abrieron y dejaron ver a Martina que se encontraba del otro lado.

−¿Me persigues? ¿Acaso no tienes trabajo? – Soltó furiosa cuando entro y marco el piso cinco.

Ya, era mucho con que lo rechazara y ahora también tenía que soportarla. La ignoro olímpicamente. Algo que hacia molestar a Martina pero que Jorge todavía no había descubierto.

−Ah, ¿ahora me vas a ignorar? Que maduro, Doctor Blanco.

Jorge salió del ascensor cuando se abrieron las puertas sin decir ni una maldita palabra. Martina refunfuño sola. Quizás no era solo Jorge el que tenía el ego a mil.

−¿Nunca tienes trabajo? - pregunto Diego cuando Jorge entro en su consultorio. Diego era Ginecólogo.

−Es que soy eficiente - Diego se carcajeo en su cara.

−Man, no sabes... Ahorita vino una tipa que estaba... Ah... Vino directo del cielo – Menciono haciendo una seña con las manos hacia el cielo.

−Ahora ya sé porque eres ginecólogo.

−Cállate, tu eres cirujano plástico - touche. Era verdad. Jorge se encogió de hombros y se sentó en la silla que estaba frente al escritorio.

−Martina me rechazo.

−Yo te dije - Rio Diego mientras firmaba unos papeles.

−Yo la verdad, hermano... - Diego miro a Jorge. - Lo lamento... Yo sé cuanto la deseas... Cuanto cariño y ganas y más ganas le tienes−Se coloco la mano en el corazón. - ¡Pero esa hembra es del otro bando!

−Cierra la boca Diego, ¿cómo va a ser lesbiana? ¿Te fumaste un cable o qué?

−Por eso se la pasa siempre con Lambre, tu sabes que hay rumores de pasillos que dicen que son pareja

−No seas pendejo

Jorge se estremeció. Diego levanto las dos manos en modo de defensa.

−Es mejor que te olvides de ella, mira... Tienes a Danielita que te lava, te plancha, te cocina y hasta te levanta. Tienes a Abrilsita, que te da lo que tú quieres y sin nada a cambio, brother, eso no se consigue en cualquier lado. Y no dejemos aparte a Reynita, que te trata como un bebe y te consiente. ¿Que mas quieres?

Las mujeres de Jorge BlancoWhere stories live. Discover now