Capítulo VIII: EL PLAN B

14.5K 1K 320
                                    

Cuando los chicos regresaron del baño cualquiera hubiera pensado que no ocurría nada fuera de lo común, sin embargo Glen les conocía más que antes. Por ejemplo, notó con sorpresa que sabía darse cuenta si Urien estaba preocupado porque comenzaba a tronar los dedos de sus manos. Lo hacía cada vez que veía a Kaya luego de saber que la chica perdió todos sus recuerdos y lo hacía en ese instante. Ian por el contrario concentraba su mirada en algún punto lejano, como si tratará de encontrar en la lejanía una razón para no preocuparse más.

Osmed estaba ajeno a la situación, silbaba por lo bajo, pensando quien sabía qué. Glen quería preguntarle a los chicos que pasaba, pero tenía miedo de la respuesta.

Por lo tanto fue un viaje no solo largo, sino cargado de silencio y de tensión. Por fin llegaron a Agua. Pasaron los controles y salieron a la calle sin ningún problema. Glen incluso olvidó que a los chicos les preocupaba algo, porque no podía dejar de mirar en derredor con algo de oscura fascinación.

Lo primero que le vino a la mente fue la Uisce. Después de la primera impresión se dió cuenta que el lugar no se parecía a la Uisce en nada. Aquel barrio de gente Agua en la tierra no era más que una bruta y patética representación de lo que era el planeta Agua. Porque vaya que había agua, todo en aquel lugar era agua y la ciudad estaba construida sobre ella. La zona de aterrizajes era una zona hecha por completo en acero, dividida por paredes de cristales y las calles que conectaban el resto de la ciudad eran de madera. Los pocos vehículos que las recorrían eran pequeños, el más grande de cuatro asientos. Pero lo que más se apreciaba eran botes.

—Por favor, díganme qué no.

A Glen le tembló todo el cuerpo. Ian se giró a mirarla, una sonrisa burlona le baila en los labios.

—No, no viajaremos en bote. Iremos en algo mucho mejor.

Y por mejor, en realidad se refería a algo muchos más horrible: una especie de submarino, pues tal parecía que en agua existían varias ciudades y están se dividían entre las que estaban en la superficie y las que estaban en el fondo del agua. En resumen el viaje en el submarino fue espantoso. Osmed vómito, Glen sentía que en cualquier momento el agua se metería en el submarino y los ahogaría e Ian pasó todo el rato explicándoles cómo funcionaba la ciudad bajo el agua y cuan seguro era.

Sin embargo Glen tuvo que reconocer una vez llegaron que el lugar era impresionante. La ciudad era como una especie de cúpula y era muy extraño mirar hacia arriba y que el cielo fuese una inmensa masa de agua en dónde animales de muchas formas, tamaños y colores hacían su vida. A pesar de eso, Glen seguían teniendo la horrible sensación de que el agua se le vendría encima en cualquier momento.

Por fin llegaron a una zona residencial de la ciudad y caminaron hasta una gran casa de paredes blancas y techo azul, la cerca de la entrada tenía una palabra gravaba en azul brillante sobre la madera blanca: Macorne.

—No sabía que tenías una casa en Agua. —dijo Glen sin poderse contener, admirando la edificación, mientras Urien abría la cerca y se dirigía hacía la casa sin esperar.

—Tecnicamente es familiar, no solo mía. A pesar del exilio a mi madre, le permitieron que nos trajera un par de días cada cuatro años terrestres. Tenía 16 la última vez que vine aquí.

—Tienes sueños de agua en tu jardín principal —comentó Osmed detrás de ellos observando el lugar, Glen siguió su mirada. Era cierto, la parte principal de la casa estaba repleta de flores blancas con borde azul, los pétalos eran puntiagudos y el tallo negro azulado.

—Todo este vecindario las tiene.

—¿Y estas son como las de Sueño o son... Solo flores? —Glen preguntó curiosa.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Sep 25, 2021 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Sueños de Agua [Razas #3]Where stories live. Discover now