Capítulo I: EL OBJETIVO DE BASTIAAN

15.9K 1.1K 105
                                    


Si hay bullicio cerca de tu vallado, no te alarmes, tan solo es la limpia primavera de la Reina de Mayo.

Sí, hay dos caminos que puedes seguir, pero durante el largo recorrido, aun estas a tiempo de cambiar el camino que tomaste.

(Espero que sí). (Espera un minuto)

Hay un murmullo en tu cabeza y este no desaparecerá, porque en este caso, no sabes, que el flautista te está llamando para que te unas a él.

Querida dama, ¿puedes oír el viento soplar? ¿Y sabias que tu escalera se apoya en el susurro del viento?

Escaleras al Cielo

Led Zeppelin


Shannen estaba herida, pero no de gravedad. Era un corte en la pantorrilla que la hacía cojear, pero estaría bien. Así que rasgó una tira de su blusa y se vendó la herida con ella, porque de lo que sí estaba segura era de que no se quedaría atrás, no cuando Rikkie había encontrado una forma de entrar. Se la comunicó a Mellian, que la estudió por unos minutos, y bien fuera por los ataques que iban y venían o porque era un buen plan, lo aceptó. Así que junto a Rikkie, Mellian y Mika, Shannen se adentró en el edificio de piedra gris, en donde la lucha parecía ser más violeta que en el exterior y pronto entendieron por qué.

Aquel era el edificio en donde Owen mantenía a sus prisioneros. Había allí muchos adeptos a Artús, y algún uno que otro rebelde del Quinto cuyos deseos no comulgaban con ningún partido. Allí tuvieron que irse con más cuidado, pues de todos lados llovían ataques de todo tipo; agua, fuego, intromisiones mentales y por supuesto, ráfagas de metralla.

Aunque no era el deseo de ninguno dividirse, eventualmente acabaron haciéndolo. Por lo que Shannen y Rikkie se encontraron de pronto subiendo solos por peligrosas y amplias escaleras. Shannen se estaba sintiendo un poco inútil, pues había perdido su arma y aparte cojeaba más que antes. En un rellano de quién sabía ya qué piso se detuvo jadeando y disculpándose. Rikkie miraba en derredor, la joven pensaba que en busca de amenazas, pero entonces él dijo.

—¿No es el agua como un arma y una cura para ustedes? —Ella le miró sorprendida.

—Sí, pero no tengo agua. —Entonces él sonrió, lo que era muy extraño tomando en cuenta la situación en la que se hallaban, pero se explicó de la siguiente manera.

—¿Y acaso no hay en todo edificio tuberías que conducen agua? —Ella lo miró un instante, algo sorprendida y aliviada, sonaron disparos y él la apremió—. Vamos, aguanta un poco más, te conseguiremos la mejor arma que puedas tener.

Y sin siquiera contar con su permiso, Rikkie le rodeó la cintura y la ayudó a movilizarse hacia el siguiente piso. Salvo que en aquel momento dejaron de subir, en cambio recorrieron el pasillo, topándose con enemigos y aliados por igual. Era fácil diferenciar unos de otros, pues los enemigos llevaban uniforme negro, con una insignia roja en la espalda que mostraba una OW. Mientras que los aliados eran todos civiles.

Hicieron su camino hasta una celda, la reja había sido hecha añicos, pues algunos barrotes colgaban lánguidos medio derretidos. Shannen pensó que aquello debió haber sido obra de un híbrido, y un pequeño escalofrío le recorrió la piel. Rikkie no parecía prestarle mayor importancia al asunto, se encaminó hacia el lavado de la celda y con la ayuda de su encendedor invocó una bola de fuego. Shannen le vio dirigirla hacia el lavado, haciéndolo poner al rojo vivo, minutos después tomó uno de los barrotes estropeados de la celda y propinó repetidos golpes al lavado, para finalmente hacerlo saltar con un ruido metálico y un segundo después, un chorro de agua impactaba contra el chico, que en una carcajada victoriosa exclamó.

Sueños de Agua [Razas #3]Where stories live. Discover now