Cada Potter tiene a su pelirroja

Capítulo 1: "Al Callejón Diagon "

Lo Todo estaba en calma en el hogar de la familia Potter, aquí ya se empezaba a escuchar el típico ruido de cada mañana, pero había algo en el aire que hacia sentir la diferencia de las otras mañanas. Era el día en que la familia iría al Callejón Diagon para comprar los útiles escolares para el nuevo año escolar que deparaba a los menores de la familia.
En la cocina de la casa, se encontraba una pelirroja que aún a pesar de los años que han pasado en ella se mantiene igual de viva y radiante que años atrás, esta era nada más y nada menos que Ginny Potter de soltera Weasley. Esta se encontraba cocinando para sus tres hijos y su esposo, que se encontraba leyendo el Profeta en la mesa de la cocina frente a ella. El gran Harry Potter, casi no había cambiado con los años, solo tenia un par de canas que ya asomaban en su cabello azabache.
En la planta alta en la primera habitación, se encontraba un castaño quien estaba con una sonrisa en el rostro por la carta que tenia en mano. La carta era de su querida Jade, su novia desde hace dos años. Todos veían esa hazaña como algo imposible, ya que como el gran James Potter iba a lograr conquistar a la furia pelirroja de Jade Winston, ambos eran como perros y gatos, si estaban juntos sólo se podían esperar peleas, pero todo cambio en quinto curso cuando ambos empezaron a llevarse mejor y a pasar tiempo juntos, para todo el mundo esto fue una sorpresa a exención de las chicas del clan Weasley quienes todas sabían que ese par en cualquier momento iban a terminar juntos, y no paso mucho más tiempo para que James luego de que Gryffindor ganará la copa de Quiditch beso a su pelirroja y así sellando la etapa de aventuras del castaño y una nueva victima de la maldición pelirroja.
Junto a la habitación del mayor de los Potter se encontraba la de la única hija mujer de este matrimonio, la joven Lily era una mezcla perfecta de su madre y su abuela materna, tenia el cabello pelirrojo como ambas, la nariz respingada repleta de pecas, esto lo saco de su abuela, pero sus ojos avellanas era obra de su madre. Lily había heredado el carácter de las mujeres Weasley el cual era de temer. Ella se encontraba escribiendo se por mensajes de texto con sus mejores amigos, Hugo Weasley quien siempre había sido su primo favorito de todos, Alice Longbottom con la cual eran uña y mugre desde su inicio de Hogwarts y por ultimo, pero no menos importante los gemelos Scamander que a pesar de siempre estar en la luna eran muy agradables, esta sonreía con cada mensaje.
Y por último en la habitación más alejada, se encontraba un joven de cabellos azabaches quien se estaba terminando de arreglar para empezar su día, a pesar de haber quedado en Slytherin Albus no era como el resto, era alguien muy alegre y que no le molestaba demostrar sus sentimientos con sus primas a quien el amaba sobre todas las cosas. Nadie entendía el porqué el había quedado en esa casa, todos a exepción de su padre quien siempre pensó que su hijo terminaría en esa casa ya que veía la astucia en sus ojos pero también veía lo mismo de el en su hijo. El menor de los varones, había logrado tener buenos amigos en su casa, como su mejor amigo Scorpius, a pesar de las diferencias que habían tenido sus padres en su juventud habían aceptando la amistad que se formó entre ellos, al que más le costó fue a Ron Weasley que además de tener que aceptar que su hija fuera amiga de un Malfoy, el año anterior tuvo que aceptar que se volvieran novios.
A pesar de todo eso la vida de Albus era tranquila, tenia una familia que lo amaba y amigos incondicionales, según el no necesitaba nada más pero pronto sabría que no es así y que lo que tanto le hace falta pronto llegará.
-¡El desayuno esta listo!- grito Ginny desde la escalera.
Los tres Potter, salieron rápidamente de sus habitaciones y comenzaron a correr para llegar rápidamente a la planta baja.
-abran paso par de simios- dijo la pelirroja dándole empujones a sus hermanos
-yo quiero llegar primero pulga- dijo el mayor antes de subir a Lily a su hombro.
-¡Bajame tonto, Albus Ayúdame - dijo mientras miraba a su otro hermano.
-lo siento pequeña - dijo Al antes de terminar de bajar la escalera y entrar a la cocina.
En la cocina se encontraron con el desayuno ya servidor y listo para comer.
-adelante niños - dijo Ginny con una sonrisa.
Sus hijos no esperaron más y atacaron el desayuno. En cuestión de segundos ya no quedaba nada más.
-al parecer tenían hambre - dijo Harry con una sonrisa al ver a sus hijos luego de haber comido.
Ginny con un movimiento de varita hizo que los platos se limpiarán y guardarán solos.
-ahora familia al Callejón Diagon - dijo el señor Potter mientras caminaba a la sala...