꒰ 𔓕 Final 𔓕 ꒱

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Permitiéndole disfrutar de una taza de té chai mientras observaba el paisaje sereno que se extendía más allá de las ventanas del establecimiento. Había en su mayoría omegas, que raramente le dirigían una mirada.
Aunque Eunwoo está sentado en otra mesa, aparentemente absorto en su propia tranquilidad, Jungkook nota cómo gira la cabeza de vez en cuando, asegurándose de que están seguros.

De repente, un olor a pastizales y montañas lo envuelve, apenas identificable para Jungkook, quien solo lo ha experimentado en contadas ocasiones.

Minjae se sienta frente a él, ofreciéndole su amable sonrisa, como siempre lo ha hecho.

Hürrem, siempre es un placer verlo.

—No es necesario la formalidad de los títulos entre familia, hablemos cómodamente entre nosotros.

Minjae baja la cabeza, extendiendo su sonrisa. La atención de Jungkook se detiene en sus cejas curveadas y tupidas, iguales a las de Taehyung. El mentón, la forma de los ojos, y el atractivo en general de los Kim siempre le ha llegado a impresionar en sus diferentes formas.

—Espero que mi carta no te haya sorprendido, mi mensajero me dijo que el Sağ el casi le vuela la cabeza por entregarlo —el alfa da una mirada rápida detrás de él, donde Jungkook sabe que Eunwoo les observa—. No reprocho su inseguridad, mi presencia no es muy recurrente en Turquía.

—Así que aquí es donde has estado viviendo —Jungkook no estaba preguntando.

—Guarda este secreto entre nosotros, por favor. Aparte de Taehyung, eres el único con el que me siento cómodo de saber mi paradero —Minjae guarda silencio después de eso y Jungkook no hace nada para cambiarlo. Después, con una voz baja y triste, el alfa continúa—¿Cómo está?

Jungkook inhala profundamente mientras se recuesta en su silla. Una de sus manos se posa sobre su vientre, para después moverse nerviosa entre la mesa y su taza de té.

—No... no hay una certeza de que despierte. Su condición de Gama le ha salvado de una muerte segura... Minjae, deberías haberlo visto, su piel... —su voz se quiebra, incapaz de continuar por esa línea de conversación. El alfa asiente con comprensión, su rostro reflejando sincera tristeza.

—He estado buscando alternativas a la medicina. Tengo planeado ir a Tailandia la próxima semana, a los templos donde los Maha Thera se concentran. Sé que el Öğüt castiga las prácticas de otras religiones, pero, básicamente, ya estoy condenado para ellos.

Jungkook esboza una sonrisa, invitando a Minjae a hacer lo mismo.

—Podrías... venir a verlo. No se te negará la entrada, te lo aseguro.

Jungkook percibe el cambio en la postura relajada de Minjae, que se vuelve más tensa e inquieta.

—Prometo acercarme, pero por mis propios medios. Es mi hermano, después de todo, pero... —se interrumpe, desviando la mirada incómodamente—, necesito tiempo.

—Entiendo —responde Jungkook, dejando que la amargura de sus feromonas se disipe en el aire. Reconoce el éxito de su estrategia al ver cómo Minjae se inclina ligeramente y sus músculos tensos se relajan visiblemente. Sin embargo, la tensión persiste en el ambiente, palpable como un zumbido sutil que se niega a desaparecer por completo. Con una mirada sutil alrededor, Minjae saca un folder de su saco, cuyo material grueso y poco común llama la atención de Jungkook de inmediato.

Con cautela, Jungkook observa atento el folder, notando las líneas blancas y desgastadas que cruzan las manos de Minjae cuando este extiende el material hacia él. Cada arruga en la piel del alfa parece extremadamente profunda y eran muy parecidas a las que Taehyung tenía en los costados de su cadera. Cicatrices viejas.

𝐌𝐚𝐟𝐢𝐚 𝐑𝐨𝐣𝐚 ᵀᵃᵉᵏᵒᵒᵏWhere stories live. Discover now