CAPITULO 14

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Ninguna palabra salía de mi boca, él verlo sentado en el sillón, dándome una sensación de sorpresa y un poco de temor; los recuerdos de la visita de mi padre llenaron mi mente, golpes y temor eso es lo que no deseo recordar. Niego con la cabeza intentando eliminar las herniadas que el me a causado, sigo avanzado por el pasillo, no deseo mirarlo a los ojos y decirle que e decidido iniciar de nuevo.

- te estoy preguntando...- se escapa un suspiro y pasa sus manos por el cabello algo alborotado, un poco largo- lo siento, sé que no debo gritarte ¿me podrías perdonar?.

Asiento y le regaló una sonrisa, cambio de dirección y me dirijo a La Cocina; abro el refrigerador, miro en su interior y acerco mis manos a una botella de agua. Le hago una señal para que se acercara, sirvo dos vasos; veo como el líquido transparente cae con delicadeza en el bazo y se va llenado poco a poco. Al volver a prestar atención a mi alrededor veo que me observa fijamente y se puede ver en sus ojos que está impaciente por abrir su boca e inundar la habitación con sus preguntas, siempre no a podido aguantarse ser tan entrometido desde que éramos pequeños he siempre preguntaba el porque de todo; una de la tantas cosas que amo de el, tomó ambos vasos en mis manos y le entregó el suyo, me agradece y nos centramos en las bancas.

- estaba en la escuela, ya está listo para iniciar- el abre los ojos, sonrió y continuó- decidí que debo avanzar, no dejarme caer por lo del incidente y de verdad deseo dejar de ser una carga e iniciar mi camino por mi sola. Creo que ya es momento de comenzar por algo.

Silenció, es la única palabra que describiría está situación; nada se mueve en la habitación y no deseo ser yo quien termine con aquella calma que nos inunda o en realidad solo a mí. No deseo hacerle daño a Matt, el es una de las personas más importantes en mi vida y nunca eh querido dejarlo ir; mi apoyo incondicional en todos momento y lugar, a pesar que perdimos un tiempo el contacto desde la muerte de mi madre, eso no fue culpa de nosotros, si no de mi padre y aquello me llenaba de resentimiento por el, todo lo que eh sufrido y las cicatrices que siempre me perseguirán.

- te entiendo....pero no te dejare irte de mi lado, nada nos separara y eso lo tienes que tener claro; eso es lo que menos deseo, me alegra que deseas iniciar después de lo que ocurrió y el seguir delante con tu vida, pero no me dejes atrás, no sé si pueda encontrarte otra ves y no me arriesgaré a ello, te amo, eres mi familia y por ello mi apoyo hacia ti es incondicional- se acerca, sus brazos buscan mis caderas y puedo sentir que estoy en mi hogar, nos unimos en aquel abrazo; intentó, pero no puedo y meso su mejilla.- eres parte de mi.

-y tú de mí.

Los minutos pasaron y nos decidimos a romper el momento, ya eran tarde y el tenía que descansar al igual que yo. Al separarnos mi vista viaja a su rostro, se ve bastante afligido y sé que está así por mi culpa. Veo como sus labios se mueven mientas su rostro se transforma, sus manos nuevamente van a sus rostro y se resfriega los ojos con fuerza; lágrimas salen y aún no logro entender los ir sucede. No estaba escuchándolo, estaba en otro universo; donde los adios no existen y no hay amargura en las almas.

- escúchame....este es el momento para que me digas que no te irás.....nada de esto pasaría si tu padre..¡como lo odio!.

Los guió a su habitación y acaricio sus espalda para tranquilizarlo, debe ser todos a causa de su mente jugando con el y sus sentimientos. Le dijo que ya es momento de descansar, no me parto de el hasta que se duerme apoyado en mi.
Acaricio su cabellera demasiado larga, el siempre a odiado cortarse el cabello; cuando era pequeña le hacía trenzas, porque aveces lo tenía de ácido largo; era gracioso, parecía niña.

- nunca te dejaré.- susurró en su oído, al llegar mi respiración a su oído el se sacude un poco, pero sigue durmiendo y me recuesto a su lado. Apago La Luz, espero que mañana todo sea más fácil para el.

La Luz llega a mi rostro, lo odio, muevo mis piernas e brazos; arrugo mi cara y abro los ojos lentamente, sin antes escapar un bostezo. No está, se marchó y no sé despidió de mí, la desilusión me inunda; pero me auto convenzo de que debía ir a estudiar a la universidad.  Levanto la ropa de cama, busco las pantuflas de Matt y me las pongo; abrí más las cortinas para iluminar toda la habitación y iniciar el día con el brillo del sol, a pesar de no ser muy intenso por las nubes que tiene en su cercanía.

Mi estómago gruñe y corro hacia La Cocina, revisó cajones e estantes; pero nada, Matt no a ido al supermercado en días y esto lo demuestra. Resignada me sirvo una taza de café, por ser lo único que logre encontrar con facilidad y la bebo despacio al estar caliente e humeando.  Recorro el departamento con la taza en mano, cada habitación y meticulosamente veo cada rincón, algo me llama la atención, era una foto de mi tia y mi madre cuando eran jóvenes. Está colgada en la pared frente al estadio de Matt, la nostalgia de aquellos recuerdos felices son lo único que queda del pasado; dejo de mirarla y entro al estudio. Es un desastre,todos está desordenado y es casi imposible saber dónde coloca sus maquetas.  Recojo pedazos de material del suelo y descubrí que abajo de su escritorio está una botella, acerco mi nariz a ella y mis fosas nasales se llenan de un intenso olor a alcohol; pero no es cualquiera, debe ser de hace unos días por lo que se logra apreciar.

Me levanto del suelo aún con la botella en mando, abro una bolsa y la boto en ella, recojo todo lo que parezca basura; La Bolsa ya está llena y la lanzó por el dicto que está en La Cocina. Miro el reloj de la pared y ya soon casi las doce de la tarde, un gruñido casi inhumano se hace presiente, debo comer algo y corro a darme una ducha antes de salir a buscar lago para comer.

El agua cae en mi cuerpo, está fría y relaja todos mi cuerpo, al cerrar la llave del agua y sacar los excesos de agua en mi cabello, salgo de ella. Después de un tiempo todo está listo para iniciar el día, todo está ordenado y antes de partir hago una carta a Matt informando que llegare dentro que dos horas. Al cerrarse la puerta de madera en mis espaldas, camino hacia la calle y afirmó bien mi celular antes de ver que un mensaje a llegado, es de frank, lo veré más tarde. Al cruzar por la calle revisó si no hay posiblildad de que papá este cerca, me calmo y cruzó tranquilamente.. hasta que escucho el sonido de un auto frenando muy fuerte, salto de la impresión y veo los ojos del conductor....

Nadie como tu Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin