—¡Oshi! ¿Has venido solo o no? —gritó Julian espantado, poniéndose entre el pelirrojo y Henry.

—¿Qué haces, Julian? Estaba amistándome con tu nuevo amigo.

—¿Estás solo? —insistió Julian, ignorándolo.

Oshi lo miró unos segundos y luego puso una expresión exagerada de aflicción.

—Le dije que viniera conmigo —sollozó—, hasta le dije que podíamos ir en conjunto con un nuevo modelo de chándal rojo que vi el otro día en un escaparate... muy fashion, vaya que sí, pero,¿te lo puedes creer? ¡El muy rancio me dijo que me metiera mis tonterías por donde me entraran —Esta vez puso cara de sorpresa—, ¿te lo puedes creer?

—Oshi...

—Ya, ya.

—Oshi —Julian se estremeció al oír la inconfundible voz de Kei a su espalda—, creo que fui lo suficientemente claro cuando dije que no lo molestásemos, ¿verdad?

Julian tomó aire y se giró. Kei también lo miró, moviendo los oscuros ojos en su dirección y manteniendo su fría expresión. Vestía con un traje oscuro y una corbata color teja. Su presencia era avasalladora, más imponente que nunca y Julian notó el incómodo movimiento a su alrededor por todo el gimnasio. Incluso notó como Henry se ponía completamente derecho, pero Julian no se giró a mirarlo. Sus ojos se desviaron despacio hacia los dos figuras que seguían a Kei de cerca. Yami y Rykou, ambos con trajes igual de sobrios y expresiones sombrías.

—Supongo que es hora de cambiarme.

Julian miró de reojo a Oshi. El pelirrojo había cambiado de actitud y se había puesto completamente serio. Consultó su reloj e hizo una mueca de disgusto antes de adelantarse hasta donde se encontraba Kei y le hizo una profunda reverencia, agachando durante varios segundos la cabeza y parte de la espalda.

—Lo siento —se disculpó en un hilo de voz.

Kei no respondió y salió del gimnasio de la misma manera que había entrado, dejando tras de sí una conmoción general. Rykou dejó que el chico rubio se le adelantara junto a Yami y esperó a que se fueran para volverse hacia Oshi que seguía inclinado.

—Si quieres seguir haciendo payasadas, adelante, pero al menos mantén encendido el móvil para evitar este bochornoso momento.

Oshi no respondió y mantuvo la cabeza inclinada hasta que todos volvieron a salir y Julian se apresuró a ponerse a su lado. Aquella actitud, la forma de comportarse y como vestían le daba miedo y Julian no era capaz de salir y enfrentarse correctamente a Kei.

—¿Oshi?

El pelirrojo levantó la cabeza y lo miró.

—Metí la pata, pero tenía taaaanta curiosidad.

—¿Qué es lo que pasa? Kei y los demás están —¿Raros? No era exactamente la palabra y Julian sospechaba la posibilidad de lo que estaba ocurriendo.

—Nos estamos reagrupando.

—¿Reagrupando?

Oshi echó a andar hacia la puerta y Julian lo siguió, corriendo para alcanzarle.

—¡Julian! —escuchó que lo llamaba Henry, pero Julian no se detuvo, movió la puerta del gimnasio y salió a la calle, sorprendiéndose de encontrar a Isi apoyado en la pared. Tenía varios moratones pero era imposible saber como se encontraba realmente y Julian agradeció con remordimientos que le sonriera al verlo

—¿Qué tal te va, Julian?

Julian respondió con un cabeceo y buscó a Kei entre todas las personas que se encontraban allí reunidas, sintiendo como crecía la ansiedad, ignorando la manera que evitaban las personas pasar por esa calle de pronto y la manera con la que miraban a todos los reunidos sin disminuir el paso desde la otra acerca y vio al chico rubio cerca del final de la calle, frente a uno de los coches mal aparcados frente a la acera. Estaba reunido con dos japoneses que no conocía y se apresuró a caminar hacia en el momento que salía alguien del coche y Julian se detuvo de golpe, notando como entraba en pánico y se agarró a la farola para sostenerse y no caer desfallecido al suelo.

Pese a la distancia y que tenía parte del rostro de un tono rojizo, cubierto por pequeños apósitos y se ayudaba a caminar cojeando con una muleta, Julian reconoció a Kevin, la última persona que lo había visto antes de salir de Rusia, quien conocía su secreto y quien, posiblemente, era la persona que antes podría destruirle.

Julian se dio cuenta que había comenzado a traspirar y se apretó con fuerza las uñas en la piel de la palma de la mano, deseando que el pequeño alivio del dolor le ayudara a reaccionar.

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Uah, necesito tiempo para reeditar y corregir los libros :s en fin, es el problema de escribir corriendo y sin muchas ganas. Necesito tiempo!!!!! Aún así muchas gracias por leer, votos y comentarios y no olvidéis que iré subiendo en Factbook ciertas noticias, cambios de libros, portadas... https://www.facebook.com/pages/Mayura/294130544045735

Link en perfil ^^

Y este capitulo quiero dedicarselo a ciertas chicas (ggH_Ela, Trizy y otra que no sé su nombre) por ese maravilloso cosplay de los personajes de la novela y esa manera de alegrarme el día. ^^ Muchas gracias!

Cuando habla el Corazón 2 (chico x chico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora