𝑨𝒕𝒓𝒂𝒄𝒄𝒊𝒐́𝒏 𝒆𝒏 𝑪𝒍𝒂𝒗𝒆 𝑴𝒆𝒏𝒐𝒓 [𝐻𝑖𝑙𝑠𝑜𝑛]

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"Complicado"
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Gregory se sentó frente al piano en su apartamento, dejándose llevar por la música mientras tocaba las teclas con destreza. Había olvidado por completo la presencia del instrumento en medio de su sala, pero ahora lo encontraba reconfortante, una distracción bienvenida en medio de la tensión que había experimentado últimamente. La melodía de "I Don't Like Mondays" fluía de sus dedos, y se sumergió por completo en la música, permitiendo que le calmaran los nervios y la ansiedad que lo habían acompañado últimamente.

Cuddy le había otorgado una semana libre después de su desmayo en el hospital. Aunque solo había sido hipotensión, ella insistió en que House necesitaba descansar. A regañadientes, aceptó la oferta, aunque se resistió al principio. La idea de estar sin trabajar lo estresaba más de lo que imaginaba, pero para su sorpresa, después de tres días sin ir al hospital, su mente estaba más en paz de lo que había estado en mucho tiempo. Aunque su pierna dolía y el Vicodin parecía no hacer mucho efecto, había encontrado un extraño consuelo en la tranquilidad de su hogar.

Mientras tocaba, House no pudo evitar dejar que su mente divagara. Recordaba los días en los que solía tocar el piano con regularidad, antes de que su pierna se convirtiera en un problema constante en su vida. La música siempre había sido su refugio, una forma de escapar de las presiones y las expectativas del mundo exterior. A medida que continuaba tocando, se sentía más relajado, más en paz consigo mismo.

Sin embargo, en medio de su momento de tranquilidad, una voz resonó en su mente. Era la voz de Wilson, instándolo a tomarse un descanso, a cuidar de sí mismo por una vez. Aunque House tendía a desestimar los consejos de los demás, especialmente los de Wilson, esta vez había algo en sus palabras que lo había hecho reflexionar. Quizás realmente necesitaba este tiempo para recargar energías, para cuidar de su salud tanto física como mental.

Deteniéndose por un momento, House dejó escapar un suspiro. Aunque aún no estaba completamente convencido de la idea de tomarse una semana libre, sabía que era lo correcto. Se levantó del piano y se dirigió hacia el sofá, decidido a relajarse y disfrutar de su tiempo libre, al menos por un momento.

Gregory se acomodó en el sofá, levantando su pierna lastimada para descansarla sobre la mesa frente a él. Encendió el televisor y buscó el último episodio de su serie médica favorita, encontrando consuelo en el drama ficticio que se desarrollaba en la pantalla. Había olvidado preparar algo para cenar, pero en ese momento, el hambre era lo último en lo que pensaba.

Con un suspiro, pasó una mano por su cuello mientras la otra se ocupaba de masajear su pierna derecha, que parecía estar empeorando a pesar de la pastilla de Vicodin que había tomado hace menos de una hora. El dolor persistente lo frustraba, pero se obligó a concentrarse en la serie, intentando distraerse de su malestar.

Sin embargo, el sonido de su celular interrumpió su intento de evasión. La pantalla mostraba el nombre de Foreman. Maldiciendo en silencio, House se preguntó por qué su colega lo estaba llamando. Esperaba que no fuera para discutir sobre algún nuevo caso en el departamento de Diagnóstico. Después de todo, estaba de vacaciones y no tenía intención de volver al trabajo hasta la semana siguiente.

Con renuencia, contestó la llamada. —¿Qué pasa, Foreman? —dijo, tratando de ocultar su irritación.

—House, lo siento por molestarte durante tu descanso —comenzó Foreman, —pero hay algo que necesito discutir contigo. Creo que has sido informado sobre el caso de la paciente Jane Doe que ingresó esta mañana. Es un caso bastante complicado y pensé que podrías tener algunas ideas sobre cómo proceder.