Capítulo 15: Aixa o Axel

28 6 26
                                    

No se suponía que debía ser herido, solo atrapado en una habitación vacía, incolora y silenciosa

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

No se suponía que debía ser herido, solo atrapado en una habitación vacía, incolora y silenciosa. Si alguien deseaba lastimarlo, lo alejarían del lugar.

Durante unos minutos, la chica se había limitado a observar a quienes entraban al edificio para activar las cámaras y el sistema de vigilancia. Ella no movía sus dedos, su presencia se medía con respiraciones, sino era que también se contemplaban las exhalaciones.

La mujer de setenta años que anteriormente la había consolado, le dijo que no debía permanecer más tiempo en el edificio.

Aixa no respondió, se quedó estática, reflexionando acerca de lo que su mente le decía y aquello que su corazón reclamaba.

La señora Ferretti agregó que Axel tardó demasiado para aparecer en la prisión local, enfocándose en que a Clot no le quedaba mucho tiempo, ya que los habitantes querían ejecutarlo en la plaza del distrito.

—No soy Axel —Aixa se puso de pie, enfurecida por el nombre que mencionó su ascendente—. Mi nombre es Aixa. Axel ya no existe. Él murió el día en que perdí a mi madre.

Mrs. Ferretti aclaró que para ella nunca dejaría de ser Axel, no le importaba que su hijo cambiara de nombre y apariencia. Entonces, descubrió que eso no era lo que irritaba a su pequeño, sino algo más profundo.

Aixa apretó su mandíbula con demasiada fuerza.

—Noté cómo brillaban tus ojos cuando él era tu marioneta. ¿Cómo se siente? —dijo su madre con entusiasmo.

—¿Qué cosa? —Aixa actuaba con ingenuidad.

—Estar enamorado —soltó Mrs. Ferretti, sugiriéndole a su descendiente que relajara la cara porque se estaba tensando.

Desconcertada, la joven contestó que su madre tenía la respuesta, así que la anciana debía responder esa pregunta.

La madre respondió que su forma de amar difería de la de su hija, por lo que ella no podría dar un comentario certero.

Aixa se alejó de su madre.

Clot solo era parte de una caótica partida de ajedrez.

Aixa entró dentro de la prisión, dirigiéndose hasta la celda donde estaba su marioneta.

«El mundo debe quedarse la versión tergiversada», dijo para sí Aixa mientras observaba a su supuesto amigo, «...Él necesita ser juzgado por la población de Urte».

Schäfer tocó la fría reja que lo separaba de su amiga, reflexionando acerca de por qué ella lo había traicionado.

Él tensó su cuerpo cuando notó que Aixa estaba indispuesta, así que le preguntó quién la había herido tanto como para decidir encarcelar a su amigo.

Ferretti se negó a contestar y, en cambio, sonrió de medialuna, esperando a que él la disculpase por sus acciones.

Clot era rencoroso, sin embargo, no podía serlo con ella. Entonces, en un intento de ser perdonado exclamó: —Ojalá la luz de tus penas sean más grandes que mis pecados.

Coleccionista de Tormentos #PGP2024Where stories live. Discover now