Dependiendo del contexto, 10 centímetros podía ser nada o podía ser todo.
Por ejemplo en el caso de un miembro masculino, podía pasar de ser un pene a dar "pena".
En esos momentos, Park JiMin sentía tanto dolor que jamás pensó en las consecuencias d...
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—Y-Yo— Su voz se quedó estancada en su garganta, por lo que tuvo que carraspear varias veces para que volviera a responderle— Lamento interrumpir— Había llevado de más esfuerzo de lo que alguna vez pensó, el hecho de mantener todas sus emociones que pujaban por estallar, comprimidas en su pequeño cuerpo, pero no era momento para dejarse vencer por un corazón roto. No lo había hecho cuando se enteró de su embarazo, y no lo haría ahora con su hijo dependiendo de su persona, a pesar de que el mismo hombre hubiera sido el causante de sus males, otra vez— Mi hijo se había olvidado su abrigo...— Tomó el sweater azul claro con ositos que el niño había dejado sobre la cama del pelinegro, evitando cruzar miradas con el Min, ya que, de lo contrario, toda su fachada se iría por la borda, y las lagrimas comenzarían a correr en contra de su voluntad.
—J-JiMinnie— Llamó el mayor, quien no necesitó más señales divinas para saber que la había cagado. El hecho de que el rubio se negara a mirarle era una prueba inequívoca de que había cruzado una línea.
—¿Y tú eres? — Yue miró extrañada al bello sujeto que acababa de ingresar en la habitación de su prometido.
YoonGi tragó grueso al escuchar la pregunta de la mujer, nuevamente, estaba en el poder del Park de cambiar su vida por completo, tanto como para destrozarla como para salvarla.
Una parte de sí, deseaba que JiMin le dijera toda la verdad y nada más que la verdad, así todas las mentiras en las que había estado envuelto desde hacía tanto tiempo, saldrían a la luz inequívocamente.
Pero él no era así.
Tenía un alma demasiado noble como para dañar a los demás, aún sí su propio corazón terminara roto en el proceso.
En JiMin no existían sentimientos como el rencor, ni tampoco tenía espacio para algo tan mundano como la "venganza", simplemente daría la mejor sonrisa fingida que pudiera aparentar, y se retiraría del lugar para desarmarse cuando estuviera a solas.
—Simplemente soy el médico que estará de guardia al cuidado de su novio— Respondió a secas— Me tomé el atrevimiento de acercarme unos minutos antes de mi turno para presentarme— Brindó una pequeña reverencia— Mi nombre es Park JiMin.
La joven se acercó rápidamente hacia donde se encontraba para tomar sus manos con gran cariño — ¡Gracias por salvar a mi tonto novio, JiMin-ssi!
El rubio no pudo evitar que sus mejillas se colorearan ante la poca distancia que la dueña de cabellos caoba estaba tomando con su persona, ¡¿Es qué acaso no conocía el espacio personal?!
—N-no se preocupe — Murmuró a secas.
Yue negó, —Al contrario, ¿Qué le parece sí le invito a tomar algo? — Zhang dio un paso más hacia el rubio, haciendo que este retrocediera ante la cercanía —¿A qué hora tiene libre? — Inquirió mientras formaba círculos en su pecho.
