𝟏𝟔

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— Soobin. — el pelirrojo murmuró un sonido afirmativo.

Volvían a estar abrazados dentro de su nido, Soobin se dejaba tranquilizar con el olor del Omega, quién había empezado a liberar feromonas al sentir al Beta asustado, de forma inconsciente, y claro que había funcionado para calmarlo, mejor que nada Soobin estaba temblando de cuando el pelinegro se había desmayado en sus brazos, y le parecía raro, porque no era la primera vez que veía o atendía a alguien con un desmayo, pero nunca había sentido tanto miedo como en ese momento.

— ¿Puedo bañarme?

— Claro.— el enfermero asintió. — Pero debo acompañarte, podrías desmayarte de nuevo y eso sería feo.

A Yeonjun le pareció tierno el tono de voz que había usado el Beta, asintió sin más y se irguió para separarse del mayor, quién se colocó a su lado, un brazo rodeó su cintura y el otro tomó su brazo, yendo hasta el baño a paso lento.

A Yeonjun le parecía exagerado, pero él en verdad no sabía qué tan malo o delicado era su estado.

Por su lado, Soobin, quería cuidarlo tanto al punto de que ni siquiera se golpeara el dedo pequeño del pie contra el marco de la puerta. 

Yeonjun estaba muy rojo cuando Soobin quitó su remera, y lo detuvo en cuanto el enfermero metió los pulgares debajo de sus calzoncillos. 

Yeonjun se mordió el labio con nervios, y Soobin rio un poco, se aparto para tomar las mejillas del pelinegro.

— Ow, Junnie, pequeño, no te pongas así, es parte de mi trabajo. — se encogió de hombros. — No lo hago con segundas intenciones y no me da nada porque estés desnudo, así que no hay por qué tener vergüenza. 

Yeonjun frunció el ceño, y negó ligeramente.

— Oh, mira lo que hacen tus labios cuando aprieto tus mejillas. — Soobin rio como un niño por su descubrimiento, mientras apretaba varias veces los mofletes del Omega, haciendo que sus esponjosos belfos hicieran un pequeño beso y la forma de una diminuta "o". —Ah, es bonito.

— Soobin~ — Yeonjun se quejó.

El Beta rio de nuevo y soltó las mejillas del Omega, encontrándose con su sonrisa.

— Aunque te desvistas solo, tengo que quedarme, Yeonjun. — dijo.

— No estoy tan mal. — rodó los ojos. Soobin sonrió, estaba incómodo por dentro, no pensaba decirle, sabía disimular muy bien cuando debía mentir.

— No.— dijo, totalmente normal. — no lo estás.— Yeonjun le sacó la lengua en un gesto infantil que hizo a Soobin sonreír con ternura.

Al final el Omega si se desvistió solo, se metió en la tina solo y reguló el agua solo, todo eso, haciendo que Soobin cerrara sus ojos. En cuanto el agua y la espuma del jabón cubrieron hasta su cintura, lo dejó acercarse, y sin pedir permiso y sin importarle, Soobin comenzó a lavar su cabello, y por más que se sintió raro al principio, se dejó estar.

— Soobin... ¿Qué soñaste?

— Mmm...— Soobin tuvo que hacer memoria, la mayoría de su sueño se había olvidado en cuanto tuvo que hacerse cargo del Omega. — Soñé con alguien que era muy parecido a ti, en muchos aspectos, reían igual, lucían... Muy parecidos.

— Estoy feo ahora, Soobin, dilo... Seguro era yo sano o algo así.

— Eres hermoso, Yeonjun.— dijo, y sus mejillas se pusieron rojas al escuchar la seriedad de su tono.— Este otro... Dijo en serio muchas cosas.

— ¿Cómo qué? — Yeonjun cerraba sus ojitos mientras Soobin masajeaba su cuero cabelludo suavemente, haciendo espuma con el champú.

— Habló de que tuve más vidas, y que tú también, pero que en las últimas las cosas estaban distintas y las cosas habían como empeorado mucho y que el destino estaba roto.

𝐎𝐮𝐫 𝐋𝐚𝐬𝐭 𝐝𝐚𝐲𝐬 || 𝐒𝐨𝐨𝐣𝐮𝐧Where stories live. Discover now