┌──────── ∘°❉°∘ ────────┐
ℐ 𝒻ℴ𝓊𝓃𝒹 𝓎ℴ𝓊
└──────── °∘❉∘° ────────┘
•┈┈┈•••┈┈┈••✦○✦••┈┈┈••┈┈┈••
En un mundo donde la oscuridad se cierne,
Donde el silencio es testigo de la aflicción,
Dos almas valientes, en su deseo eterno,
Emp...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Por que cuando lo sabes lo sabes.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
.・。.・゜❥・♡・❥・゜・。.
Me desperté con un leve estremecimiento, el frío de la mañana se colaba a través de las rendijas de la ventana de la camioneta. Al abrir los ojos, mis primeros destellos de conciencia se posaron en el pequeño reloj que adornaba el tablero. Una ráfaga de preocupación cruzó mi mente al darme cuenta de que mi esposo no estaba a mi lado, pero la visión reconfortante de Michonne dormida plácidamente me tranquilizó.
Con un brinco, salí de la camioneta, sintiendo el frío penetrar en mi piel a pesar de mi abrigo. Encontré a Carl en medio de la carretera, con el arma en la mano, su mirada fija en el horizonte. Me acerqué sigilosamente y lo abracé por detrás, sintiendo el calor de su cuerpo contra el mío.
—¿Quién lo diría? Parece que el sueño te ha abandonado, aunque siempre fuiste más dormilon que yo —comenté con una sonrisa, tratando de disipar la tensión en el aire.
—No es cierto —respondió Carl, girándose para enfrentarme—. Solo que... la ansiedad por llegar a casa me tiene despierto.
Asentí, comprendiendo su inquietud. Ambos anhelábamos regresar a nuestro hogar, a la seguridad de nuestras cuatro paredes. Pero aún quedaba un trecho por recorrer.
—Sí, también quiero eso. Dormir en nuestra cama, despertar viendo tu rostro...—dije, riendo mientras jugaba con la idea de ampliar nuestra familia.
—Y... Quizás con un nuevo miembro en la familia.
Carl rodeó mi cintura con un brazo, y me recosté contra su pecho, observando el cielo estrellado. La noche era hermosa, el aire frío nos envolvía, pero con él a mi lado, todo parecía más soportable.
—Me siento completo cuando estás a mi lado. Tú y yo somos uno solo —susurró Carl, su voz llena de calma y seguridad.
Tomé su mano entre las mías, sintiendo la calidez reconfortante de su piel bajo mis dedos. Cada caricia leve que trazaba era un recordatorio de todo lo que habíamos vivido juntos, de los momentos de felicidad y de dolor que habían forjado nuestro vínculo.
