EUROPA. | PHIL FODEN, ENZO FERNÁNDEZ.

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El ambiente poco iluminado aportaba a esa esencia peculiar que sentía a su alrededor, como al acercarse juntos ignoraban el ruido que existía gracias a la música de fondo y pasaban por medio de la zona VIP como si nada, saludando al resto de su grupo incluso si se habían visto horas atrás.

—Pensé que no venías vos, Juli. —No tardó en burlarse la rubia apenas vió a su amigo, quien solo rodó sus ojos y la saludó sonriente.

—Si no está Emilia soy hombre libre yo, no sé. —Se encogió de hombros, haciéndose el otro solo para verla reír. —Igual me parece que la que se va a ir antes es otra. —Comentó, elevando sus cejas antes de señalar disimuladamente al inglés que se encontraba sentado junto a Cristian en uno de los sillones.

—Vos le llegás a decir algo a Licha y yo le digo a Emilia. —Amenazó de inmediato, incluso si sabía que ambas eran imposibles. Julián jamás la delataría y ella jamás le hablaría a Emilia. Lo vió sonreír inocente. —¿Decís que quiera? —Relamió sus labios solo para verlo reír con un par más de los chicos, como si no se hubiera percatado de su presencia apenas la vió ingresar al lugar.

—¿Qué no va a querer? —Hizo montoncito con su mano, como si la pregunta que le acababa de hacer fuera en joda. —Andá, dale. —Comenzó a echarla, causando que se ría inevitablemente no sin antes arrebatarle el trago para alejarse.

Al parecer Julián estaba tomando un fernet 50/50 porque en el momento en que probó el líquido pudo darse cuenta de lo pura que se encontraba la bebida y lo reflejó en su rostro al instante, pero después de un par de tragos sabía que se le haría más fácil el acostumbrarse. Ya se encontraba algo entonada de toda la tarde y un par de tragos más seguro serían más que suficientes para dejarse ser toda la noche que tenía por delante. El RKT de fondo la hizo sonreír en cuestión de segundos al reconocer esa mezcla de sonidos con la melodía de un reggaeton viejo que la acompañaba, lo cual la hizo buscar con la mirada a su mejor amiga en el instante y encontrarla haciendo lo mismo, buscándola a ella.

No tardaron en acercarse a la otra mientras cantaban al par de la letra de algún tema de Don Omar que, al estar tan concentradas en el alcohol y el ambiente, no se tomaron el tiempo de reconocer cual era. Tampoco se dieron cuenta del momento en que ahora su grupo de amigos se encontraba imitándolas, cantando la letra de la canción a la par mientras los pasos prohibidos salían a la luz y causaban risas en un par, logrando, después de tanto, hacer sonreír a la rubia y distraerla de su problema inicial para que pudiera comenzar a disfrutar como debía su último día de vacaciones. Pero no era tonta ni mucho menos, en el instante en que sus ojos se cruzaron con unos claros entendió y no tardó nada en comenzar a hacer lo que mejor le salía; hacerse la linda para cualquiera que la estuviera mirando.

Acomodó sus cabellos con su mano derecha y comenzó a mover sus caderas al ritmo de la música de fondo, ese reggaeton ahora lo suficientemente lento como para hacerla suspirar de la fogosidad del ambiente, el calor que subía por su cuerpo mientras bajaba apegada al cuerpo de su mejor amiga y ese temblor de solo saber que la miraba solo a ella. Relamió sus labios dejando salir una sonrisa cuando pudo darse cuenta de la ausencia de Phil en el sillón donde lo había observado la última vez, más que segura de saber dónde encontrarlo de solo necesitarlo.

—¡Ya vengo! —Avisó a Samantha, quien solo asintió y siguió en su mundo sin cuestionar a su amiga y sus decisiones.

Terminó aquel vaso de fernet dando un último trago para dejarlo en la primera superficie libre que se encontró, acomodando sus cabellos hacía un costado en lo que se encaminaba hasta la zona de baños exclusivos para el área VIP. De sus labios salían pedidos de permiso por cada persona que se ponía en su camino, ignorando por completo ciertas miradas de parte de su grupo a lo lejos; cómplices como la de Julián y hasta curiosas como la de Enzo. Su mente se había estancado en el morocho de solo haberse enterado de su deseo sexual hacia ella, pero aún así, no podía hacer nada si él no pensaba hacerlo. ¿Le parecía un cagón? Sí. ¿Era la primera vez que le pasaba? No, y parecía no ser la última, por eso no pensaba hacerse la cabeza por uno más que le tuviera miedo a su hermano.