-¡Kyle no fue! –le grité.

-¡Kyle no tuvo que ver en esto! –concordó también gritando Zail.

-Yo vi todo –comentó Vlad –y Kyle no fue.

-Entonces, ¿quién? –repitió la pregunta Amelie.

Volví a señalar a Zury nervioso. Zury bajó la cabeza. –Fui yo. –aceptó con un hilo de voz.

-¿Y por qué? –exigió saber ella.

-Nos estorbaba. –dijo Zail.

Of course! Un control abarca todo el fuckin' club. –gritó perdiendo la paciencia Amme.

Nos quedamos callados, Ismael e Ian salieron del club enfadadísimos. Vlad, Zury, Zail y Kyle se fueron a sentar en las bancas de la cocina y Yusuf, Marshall y Amelie se sentaron frente del Wii U.

Me quedé parado, en medio del club.

-Deberíamos pedir disculpas. –dije sin que me importara que Yusuf, Marshall y Amme me escucharan.

-No tuviste la culpa, no tienes por qué disculparte. –dijo Vlad comiendo un poco de helado.

-Tiene razón. –dijo Zail quitándole un poco.

-Pero aun así no hice lo correcto. –insistí.

-Toda la culpa no recae en ti, Christian. –masculló Kyle cerrando la nevera.

-Fue de todos. –aumentó Zail bajando la cabeza.

-Excepto mía. –sonrió Vlad. Zury estaba callada al lado de Zail.

-Iré a disculparme. –dije tratando de salir por la puerta, al abrirla sentí un golpe de frío. Y eso que ya era marzo. Cerré la puerta -¿Alguien sabe a donde pudo haber ido? –pregunté sin destinatario, pero nadie me contestó.

En eso, Ismael volvió a entrar junto con Ian con el control en la mano y unas herramientas.

Kyle y los demás estaban platicando como si nada, y temblando me acerqué a donde estaban Ismael e Ian tratando de reparar el control, iban a conectar mal los cables cuando dije: -El rojo va conectado al verde.

Ismael hizo un espacio para que me sentara, me sorprendí mucho y los ayudé a componer de nuevo el control.

-Lamento todo, yo fui el de la idea. –me disculpé.

-Sé que tú no lo hiciste. –murmuró pegando las últimas partes con cinta.

-Kyle no tuvo nada que ver, lo juro. Y tampoco los demás, Vlad ni siquiera se acercó a nosotros, si vas a culpar a alguien que sea a mí. Si yo no hubiera abierto la boca nada de esto hubiera pasado. –dije tan rápido y alto como mis nervios me lo permitieron.

-Estás perdonado, pero los demás no. –y me sonrió.

Le devolví la sonrisa.

-Gracias por ayudarme a arreglar el control. –me agradeció.

-Fue un placer. Gracias por perdonarme. –le agradecí.

-De nada.

Al dirigirme a la cocina, Kyle y los demás me miraron seriamente, me sentí fatal, pero había hecho lo correcto y eso era lo que importaba.

Me sentía bastante mal por Zury, la señalé. La primera vez que ella llegó al club pensé que le gustaría, o que al menos tendría una oportunidad con ella, pero entonces volteé y vi a Zail mirándola y supe que toda mi estúpida ilusión se había desvanecido con él.

¿Quién iba a enamorarse de mí teniendo al perfecto chico–imaginario de libros AMO-DIOS del romance a mi lado?

Horas después, cuando todo se tranquilizó, Ian y Amme conectaron los electrodos en el ex–lugar de Annette, donde ahora se conectaría Zury.

El juego de hoy era la segunda guerra mundial.

Nos separaron por nacionalidad:

Potencia del Eje:

Zury –Alemania

Marshall – Alemania

Kyle – Italia

Vlad – Italia



Aliados:

Christian – Francia

Yusuf – EUA

Ian – Inglaterra

Ismael - EUA

Zail – Inglaterra

Marshall quiso ser Hitler, por razones que todos desconocíamos. El objetivo del juego estaba claro, pero esta vez teníamos que ir un poco más lento con la masacre, pues Amme tenía que ir calibrando todo ella sola y además tenía que tomar fotos del paisaje y de las armas que usábamos para exponerlas en nuestro proyecto.

Todos sabíamos quiénes iban a ganar, porque estaba escrito en la historia real del mundo.

-Paralelo, ¿no sabes qué es paralelo, Chris? –me regañó Amme, aún seguía indignada por lo del control.

-Sí, pero...

-Aquí no es sobre la historia, Chris. Aquí es 'el que más poder tenga gana'.

-¿O sea?

-Qué las probabilidades de que ustedes ganen, de 100% bajó a 50%. Quiere decir que, si por alguna razón gana Axis, habrá un mundo paralelo en donde los Nazis gobiernen el mundo. –explicó Amme.

-Eso suena hermoso para mí. –sonrió Marshall, quien se había puesto un bigotito falso parecido al de Hitler.

Todos reímos.

Pero sabía que si ellos tenían en el equipo a Vlad todo se iría a la merde.

¿Qué hubiera pasado si los alemanes hubieran logrado su objetivo?

La respuesta de la pregunta me mataba.

Between Games! Où les histoires vivent. Découvrez maintenant