silencio

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Miro su brazo, estaba sangrando y lucifer solo le limitaba a observar en silencio sin hacer absolutamente nada o levantarse a detener el sangrado, simple miraba y su mente no lograba pensar, no se perdía en sus pensamientos negativos, está vez estaba todo el silencio... Todo estaba en silencio, hasta su mente y eso comenzó a desesperarlo, sentía que el silencio lo juzgaba, sentia como si el infierno se hubiese callado en ese momento para hacerlo sentir solo, para recordarle la inmensa soledad que tenía en su corazón... El mortal silencio comenzó a desesperarlo y en un intento de detener el silencio grito, gritó tan fuerte como pudo, ese grito llevaba su desesperación, soledad y su sufrimiento pero cuando terminó nuevamente todo estaba en silencio, sus ojos comenzaron a llorar en el desespero que sentía por sentirse tan solo, se abrazaba a las sábanas de su cama aunque esto significará bañarlas de sangre.
Como si el silencio desesperante no fuera suficiente castigo para lucifer por el acumuló de emociones que ahora lo llevo a su límite sus pensamientos comenzaron a invadir su mente de una forma cruel, lo herían gravemente y eso dolía más que la herida en su brazo. Eran muchos pensamientos pero salió de estos cuando vio una silueta femenina que se asomaba por el marco de la puerta, conocía la silueta a la perfección⎯¡Lilith!⎯ gritó lucifer cayéndose de la cama pero de igual forma tratando de llegar hacia ella, no se puso de pie por qué sentía que no era digno de eso por lo que gateo hasta ella y apretó su vestido entre sus manos mientras hundía su rostro en el mismo y las lágrimas salían sin parar mientras se oian sus chillidos ⎯Lilith, no me dejes porfavor ⎯estás palabras salían en susurros barridos y muy rápidos, no entendibles.

La mujer tomo la barbilla de lucifer obligándola a verla directamente a los ojos mientras lo miraba con asco y desagrado ⎯te ves tan patético⎯ respondió para empujarlo hacia atrás obligándolo a que soltara su vestido, coloco su fino tacón en el pecho de lucifer ⎯¿Realmente crees que Charlie volverá a amarte? Por la vergüenza que sentía al estar contigo me fui y cuando regreso veo a un hombre patético que se esconde en mi falda⎯cada una de sus palabras estaban llenas de odio y se enterraban en lucifer cuál cuchillos ⎯no se cómo pude estar con alguien tan patético como tú ⎯hablo con asco mientras presionaba más su pie sobre el pecho del pobre hombre que no paraba de llorar pero sin emitir ni un solo sonido, solo las lágrimas amargas que caían por sus mejillas nos dejaban saber que estaba llorando.
No lloraba por las cosas que decía la mujer, lloraba por qué sabía que todo esto era la dolorosa ilusión que su mente le daba, su mujer no había regresado y eso era lo que le dolía, prefería que ella dijera eso a que no volviera nunca.

Suspiro cansado y con pesadez cerro sus ojos, cuando los abrió no había nadie y mucho menos algo que indicará que hubo alguien, ahora confirmo que solo fue una cruel ilusión que su mente hizo para torturarlo más, aún más. Se quedó dormido en el suelo de su gran habitación o como el le llamaba su maldita prisión, esa que parecía que no lo dejaba salir y que lo hacía aislarse de su hija o así lo veía el.
¿Cómo podía el gran pecado del orgullo estar ahí, siendo miserable? Es algo que se pregunto mucho tiempo y aún que el sabía la respuesta se rehusaba a aceptarla, el gran orgullo estaba así por qué el lo quería, por qué el se dejaba estar así ya que el orgullo nunca es derrotado o aplastado de esa forma más que por si mismo.

Las horas pasaron y despertó con amargura, miro la alfombra repleta de sangre y la miro con asco mientras se levantaba para ir al baño, mierda había olvidado detener el sangrado.
Se lavo el cabello y se miro así mismo, ver esas marcas en su brazo lo hacía sentir tan miserable y patético pero debía verlas para asegurarse que después de unas horas el sangrado paraba, si fuese una herida cualquiera se regenaria de inmediato pero como fue hecha por si mismo tardaban mucho en curarse, incluso dejaban marcas que jamás se quitarían o solo si el causante, osea el mismo las curaba por completo pero se rehusaba.
Salió del baño en una toalla y chasqueo los dedos para ponerse la pijama, no tenía ganas así que lo hizo con un poco de ayuda de su magia, estaba a nada de recostarse hasta que alguien tocó su puerta

⎯¿papá?⎯una voz dulce se escuchaba detrás de la puerta, era su hija que estaba preocupada por el bienestar de su padre y por eso había venido hasta la puerta de su cuarto, un poco tarde por qué el daño ya estaba hecho pero como dicen, mejor tarde que nunca.

El monarca del infierno abrió la puerta con lentitud ⎯charchar⎯hablo sonriente mientras la abrazaba ⎯ayer tuve que irme por qué todo me daba vueltas, tu entenderás⎯la separa de su cuerpo y la mira con sonrisa mientras cierra la puerta de su habitación, su sangre seguía en la alfombra por lo que no dejaría entrar a su hija

⎯entiendo. Oye pa yo...⎯comenzó a jugar nerviosamente con sus manos ⎯Emm, lamento haberte hecho sentir incómodo, lo lamento realmente⎯estiró sus manos con algunas cartas, lucifer alzaba a cortar 7 cartas⎯toma⎯ le dice mientras baja la mirada apenada, lucifer tomo su barbilla y la levantó "no pasa nada" le dijo a su princesa mirándola con ternura

⎯te haré unos hotcakes en forma de pato⎯propuso con una gran sonrisa en su rostro mirando a la mujer que sonreía alegremente. Tomo las cartas y las dejo en la mesa de la cocina para posteriormente ponerse a cocinar ⎯creo que ayer fue divertido⎯comento, despertando una mirada curiosa en su hija ⎯digo, no fue tan malo⎯hablo con una gran sonrisa mirando a su hija por unos segundos que estaba sentada mirándolo, se volvió a dar la vuelta y siguió haciendo la mezcla de sus hotcakes

⎯las preguntas que yo hice, solo fueron por mera curiosidad aunque vi que te incomode y solo eh estado haciendo eso durante toda la maldita semana⎯la frustración en su habla era evidente, incluso se recostó en la mesa mientras ponía sus manos en su cabello ⎯desde el baile hasta las malditas preguntas, realmente lo lamento es que no se qué carajos me pasa ⎯hablo molesta consigo misma

⎯no pasa nada⎯le contesto sirviendo los hotcakes y como se lo dijo, en forma de pato ⎯todo bien ¿Si?⎯le acaricia la mejilla con ternura

Un posible musical después

Alastor se encontraba en su cabina donde transmitía por su radio, no paraba de pensar

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⏰ Última actualización: May 24 ⏰

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