Este golpe la hizo retroceder y soltarte, aprovechaste para correr de nuevo a las tijeras.

<<T-Tengo que morir, vamos, tienes que...>> —pensaste, con todo tu cuerpo,todo temblando.

Nuevamente, antes de que te mataras unas manos te tomaron de los hombros y te quitaron las tijeras de nuevo, es como si el mundo no quisiera que murieras, o al menos eso parecía.

Pásenme el antídoto. —eso fue lo único que escuchaste, pues no pasó mucho cuando de repente sentiste como te clavaban algo filoso en el cuello, y, ya después de eso tu vista se tornó borrosa tan de repente que por un momento pensaste que si ibas a morir, pero no...solo caíste al suelo inconsciente.

[••••]

¿Porque mierda lo hiciste? —en ese lugar se podía escuchar a Zohakuten, preguntándole a Sekido.

Frente a él, había el cadaver de Aizetsu metido en una bolsa negra, el cual el ojirojo estaba ocultando en un callejón entre los botes de basura.

¿Que? —lo volteo a ver confundido y a la vez sorprendido. — Zohakuten, ¿que carajos estás haciendo aquí? ¿No deberías de estar en la casa?

¿Ya lo saben nuestros demás hermanos? —interrogó, Sekido solo asintió antes de dejar la bolsa escondida y acercarse al menor. — ¿Que hizo Aizetsu para que lo mataras lanzándolo desde el tercer piso?

No te incumbe. —tomo del hombro a su hermano antes de hacer que este se diera la vuelta de forma obligatoria. — No me digas que te vas a poner a llorar por su muerte.

No, para nada, solo me decepcionaste. —Zohakuten se alejó de forma repentina y brusca del mayor. — Matando a tu hermano solo porque estaba tomando consciencia de los asesinatos que hizo? Caíste muy bajo, Sekido.

Ante esas palabras el nombrado puso los ojos en blanco, no se esperaba eso sin duda.

Además de tomar consciencia quería entregarse a la policía por su cuenta, solo le ahorré muchos problemas. —se cruzó de brazos, antes de tomar de la mano al pelinegro y empezar a caminar fuera de ahí con algo de fuerza. — ¡Y ya te dije que eso no te importa! Ahora vámonos.

Zohakuten no puso ninguna resistencia, solo le seguía el paso, volteo a ver por última vez el cadaver de su fallecido hermano el cual estaba oculto entre la basura, solo suspiro, ¿se sentía culpable y triste? Algo así, pero ya no había otra solución, ya estaba muerto.

¿Si te acuerdas de lo que debes de hacer? —le encuestó. — Ya sabes...acerca de ESE plan.

Si....ya lo sé, no te preocupes. —este le dijo para tranquilizarlo.

Genial, vamos allá en ese caso. —le apretó un poco más la mano en señal de leve regaño. — Recuerda, eres nuestra única esperanza.

En un momento repentino, Sekido hizo que Zohakuten se agachara, y de su bolsillo sacó una navaja.

¿Seguro que estás listo para sentir esto-

Solo hazlo. —el pelinegro cerró sus ojos preparándose.

Y, ahí fue que el ojirojo dirigió la navaja hacia su pecho.

[••••]

Abriste tus ojos lentamente, la luz del foco aterrizando Justo en estos, provocando que sintieras algo de mareo al instante.

Soltaste un leve gemido apenas recuperando la consciencia, todo, todo tu cuerpo te dolía por alguna razón, pero de forma específica más tu cuello, una punzada con un dolor soportable pero aún así no podías voltear a otro lado sin sentir, como dije anteriormente, un dolor punzante.

Condenada en vida | Clones de Hantengu yanderesNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ