Parte 1

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Os voy a ser sincero, me obligaron a sacarme bachillerato y como buen adolescente rebelde lo hice, a duras penas pero lo hice. Una vez logrado el objetivo venía la siguiente pregunta ¿y ahora qué? Me negué en rotundo a presentarme a la EVAU por lo que no podía optar a acceder a la universidad de forma directa pero ¿qué más daba?, tampoco tenía claro qué era lo me gustaba.

Lo único que tenía claro es que no quería tomarme un año sabático, porque puedes poner la excusa de que así te sacas algún título de idiomas, te organizas la cabeza, algunos incluso viajan y otros simplemente dicen que lo necesitan para descansar. Pero al final, no cumples con todo lo que tenías en mente y podemos afirmar que "pierdes un año", ¿vale la pena perder así un año de nuestras vidas?

Tampoco quería quedarme en Barcelona, estaba cansado de vivir bajo los lujos de mi familia, no reflejaba el como era, estudiar en institutos privados, comidas y cenas de empresa con mis padres, la obligación de ir siempre impoluto y, lo que más odiaba, la falsedad de quienes decían ser amigos míos.

Así que busqué ciudades pequeñas en las que creía poder encontrarme cómodo y crecer como persona, crecer con mis propios logros. Fue entonces cuando descubrí Lleida, no era nada del otro mundo, pero a su vez tenía todo lo que me podía interesar: era una ciudad pequeña, se consideraba una ciudad universitaria, podía volver fácilmente a Barcelona cuando quisiera gracias a estar muy bien comunicada con los medios de transporte y, lo mejor, no conocía a nadie, ni yo a ellos, ni ellos a mí.

Mandé solicitud a varios grados superiores, sin buscar algo específico, me gustaban muchas cosas pero tampoco sabía qué era lo que me gustaba como para dedicarme a ello realmente: educación, mecánica, deportes, incluso música. Cuando finalmente llegó la primera carta de aceptación me puse manos a la obra.

Busqué pisos de estudiantes que estuvieran bien ubicados y cuyos miembros pudieran tener personalidades similares a la mía, no teníamos por qué estudiar lo mismo pero tenía claro que no quería vivir con chicas, no quería distracciones. Encontré tres que llamaron mi atención, conseguí organizarme una visita con cada uno de ellos en una misma semana y decidí hospedarme en un hotel hasta haber elegido el idóneo.

Mis padres siempre habían sido flexibles conmigo, les había dado guerra, sobre todo a mi madre, ¿os suena el dicho de que los niños son los hijos de las madres y las niñas de los padres?, pues en mi casa eso no fué así. Mi madre y yo teníamos personalidades muy parecidas, eso hacía que chocáramos constantemente, pero a su vez hacía que mi padre me admirara y supiera dejarme mi espacio, de alguna forma había conseguido aguantar 25 años al lado de mi madre ¿no?. Al final nunca podían quejarse de mi, era el mayor de tres, tenía dos hermanos mellizos dos años menores, Lorenzo e Isabella, ellos siempre habían sido uña y carne pero al final el que los ha sacado adelante y ha hecho de padre he sido yo, es lo que tiene que tus padres estén siempre viajando. Empecé a trabajar a los 16 por obligación para que "valorara lo que cuesta en realidad el dinero". Ya lo hacía pero mis padres se sintieron mejor diciendo que fue idea suya, desde entonces no paré de trabajar, al menos en verano, trabajaba de socorrista y monitor de natación a la vez. El trabajo me gustaba y ganaba suficiente como para no depender de mis padres, por lo que me sentía mejor y más independiente.

Cuando les comuniqué la idea de irme a Lleida a mi madre no le hizo mucha gracia, pensaba que debía quedarme en Barcelona e intentar entrar en una universidad mejor, sino ya me pagarían una privada ya que eso no era problema para inmensa fortuna que albergaban entre ambos. Además la idea de haber entrado en un grado de deportes no era lo que más les entusiasmaba.

- ¿De qué vas a trabajar con eso? ¿De monitor de gimnasio? ¿Profesor de educación física? No tenías suficiente con irte de aquí que no sabes ni elegir bien lo que vas a estudiar. Aspiras a algo mejor Romeo no me jodas, tú mismo sabes lo que vales. Podrías meterte en un ciclo de administración y así luego seguir con la empresa.

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