Un mujeriego, su niñero y un yokai

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El sol se escondía anunciando la pronta llegada de la noche en las pobladas, apresuradas y despiadadas calles de Shibuya, Tokio. El ritmo demandaba la atención constante de las personas, la desconfianza, el individualismo. Una cultura que priorizaba totalmente la supervivencia del más fuerte, la productividad absoluta. Un sistema que creaba máquinas sin darles tiempo para cuestionar las cosas a las que eran sometidos a cumplir. No sería un problema realmente para Kuzuryu Chisei, pues se consideraba a sí mismo alguien fuerte, valioso, brillante. Se tenía en alta estima, considerándose a sí mismo como un "genio abrumador".

No sería un problema si solo pensara en él, como generalmente exteriorizaba, como pretendía. Él quería cambiar las cosas, pues cuestionaba el sistema en el que vivían prisioneros en gran parte de la cultura oriental.

Chisei, o Yasha, sabía que su talento era un arma poderosa para generar este cambio, y tenía a su compañero, Haruomi, conocido como Shura, para complementar del todo esta herramienta para generar un cambio. Ahora Buraikan estaba en su auge gracias al concurso conocido como Paradox Live. Habían brillado juntos antes de ello, siendo los número uno en el hip hop. Yasha sabía que eran lo suficientemente buenos como para convertirse en leyendas. Confiaba en ello, estaba establecido, prescrito. Gracias al Phantometal, el hip hop había ascendido como género musical, pues se trataba del género que más efectos producía con el metal.

Nadie podría interferir en este plan, exceptuando, tal vez, a su propia persona y su ego cegador.

Chisei caminaba un poco por delante de su amigo, con cierto descuido, apresurado. A sus espaldas se podía ver a Haruomi un tanto malhumorado por su constante actitud narcisista. Y tal vez no tanto por su actitud narcisista, más bien porque le había prácticamente obligado a salir para ir a un club e "inspirarse". Supo que era un pretexto, pero Chisei le había insistido tanto a Haruomi y había vacilado tanto con esa confianza inflada que supo que tenía que acompañarlo. Si no, Chisei se metería en algún problema o haría el tonto.

—Ahora tengo que hacer de niñero, ¿no? —murmuró sin ocultar su tono crecientemente exasperado. Entendía el entusiasmo de su compañero acerca de los espectáculos de hip hop; el Phantometal tenía un potencial impresionante. Pero, pero-pero-pero, lo que le molestaba era que tenía que acompañarlo porque cierta parte de Haruomi quería asegurarse de que nada le pasara. Por eso mismo traía las manos en los bolsillos del pantalón, un pants deportivo que hacía juego con su playera de manga larga y tenis gastados. Un atuendo puesto a la carrera, o sin ganas, demasiado casual. Poco le importaba.

Chisei sonrió, soltando una pequeña risa ante el comentario de Haruomi tan propio de él. El rubio consideraba que su compañero era bastante gruñón, por lo que su relación era una amistad un poco más distante. Lo miró, dándose mentalmente la razón a sí mismo, pues esperaba ver seriedad y algo de estrés reflejado en su rostro.

—Hey~. Nadie habló de niñeros, Shura. Te recuerdo que soy dos años mayor que tú. Quizá debas sonreír un poco más, ¿no te parece? Quizá tu popularidad aumente incluso más, como la mía que sólo va en ascenso. Quizá debas aprender de mí en lugar de criticarme y "cuidarme" tanto~ —Le guiñó el ojo con su particular sonrisa. Sabía que probablemente eso le molestaría aún más, y quizá, sólo quizá, eso a Chisei le agradaba.

Antes de ver el cambio de expresión de Haruomi, miró hacia enfrente de nuevo. Estaban bastante cercanos al club, y la noche ya se estaba instalando por completo. La luz solar se disipaba progresivamente.

—Sonreiré cuando pueda estar en el apartamento, a gusto, solo, sin tener que seguirte —murmuró Haruomi entornando los ojos luego de ver ese guiño. Le dieron ganas de devolverle el gesto, pero no encontró la suficiente voluntad para hacerlo.

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⏰ Last updated: Apr 30 ⏰

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¿Las lenguas son solo para rapear? | HaruChi | Paradox LiveWhere stories live. Discover now