—Agarra bien la espada, idiota. Puedes fracturarte la mano en un mal movimiento, si no te matan, lo haré yo por lo inútil que eres.

Taehyung siguió pasando entre las filas de grupos de soldados y suspiró, abatido. Nadie era bueno en cuanto a manejar una espada, incluso esos novatos, morirían con solo dar dos pasos en el campo de batalla, si hubiera una persona que lo igualara en cuanto a pelea, sería Park Seojoon, su amigo; pero de allí, todos eran unos debiluchos. Escuchó un ruido y como algunos hombres empezaron a murmurar y sus miradas se concentraron en otro lugar.

Si el de cabelleras rubias pudiera pensar en algo en ese momento mientras su carruaje llegaba al palacio de entrenamiento, era: "¿Ese lugar era en sí un palacio?" las paredes exteriores eran toscas, viejas e incluso había hiedra creciendo en los viejos muros. El omega se bajó con ayuda de su doncella, tocando bajo las suelas de su zapatos, el lódo de tierra, tropezó de forma torpe; pero Choi MinHo lo agarró a tiempo para que no se fuera de bruces al suelo. En sus vidas pasadas ni siquiera salió del palacio del General o el palacio principal, era la primera vez que tocaba esas tierras, sentía mucho nervios,con pasos toscos, ingresó y tras él, las tres concubinas que habían cubierto la mitad de su rostro para no ser vistas por otros hombres, debido a que eran concubinas y parejas de un principe.

Incluso, no tenían permitido salir sin el permiso de la señora de la casa; pero debido a que se habían subyugado al poder y bajo la tela de protección del Esposo Consorte, tuvieron la oportunidad de salir.

Aunque claro, de seguro recibieron una reprimenda por la señora Kim: ¿Pero ella podría tocar al esposo de su Alteza y General de la guerra, quien asumiría la responsabilidad? no lo creían.

Cuando pasó la puerta principal, una oleada de feromonas de alfas lo hicieron casi sucumbir, algunas miradas se posaron sobre él, como si estuviera en la guarida de unas bestias. MinHo se mantuvo calmado a su lado y le indicó donde debía ir, ya que conocía bastante aquel lugar. Las tres concubinas solo se mantenían muy tranquilas, con sus cabezas en alto, elegantes y esbeltas siguiendo al Consorte Noble, Min Yoongi trataba de mantenerse en pie lo mejor que podía y no verse tembloroso.

—Mi señor ¿Se siente bien, está seguro?

—Está bien...las concubinas estaban emocionadas por ver a su Alteza, no las puedo defraudar—musitó zalando un bañuelo y cubrió un poco su nariz. Notó el rostro de preocupación de aquel alfa—. Te preocupas demasiado, soldado.

¿Cómo no preocuparse, si su pellejo estaría bien si no le pasaba nada malo a ese omega?

Siguieron caminando hasta que llegaron a otra entrada, escuchando algunos gritos de personas que parecían ejercitarse del otro lado. MinHo conversó con el guardia que custodiaba aquella puerta, quien sorprendido fijó su mirada en el Consorte Noble y sus acompañantes, nervioso ingresó al lugar, buscando informar a alguien.

Park Seojoon estaba mostrando a unos jóvenes soldados como debían ponerse su uniforme, estaba muy concentrado, hasta que se distrajo por ver al guardia de la puerta, corriendo hacia él con un enorme rostro de preocupación.

—Mi señor...mi señor...¡Mi Señor!

—¿Cuántas veces me tienes qué decir: "Mi señor"?—le pegó en la cabeza, molesto—. Escuché a la primera, no es necesario que lo repitas como un idiota.

Aquel alfa se acercó a la puerta y al ver al Consorte Noble, junto a las concubinas, se sorprendió de su visita, hizo una reverencia de respeto hacia el esposo de su Alteza.

—Lo saludo, Consorte Noble. No me avisaron que vendría esta tarde al entrenamiento de los soldados.

—Lamento venir sin un aviso anticipado, me disculpo—comentó con suma pena—, las concubinas deseaban ver a su alteza, querian ver como es el entrenamiento. Si no se puede, regresaremos y-...

Sukha||Taegi.Where stories live. Discover now