ふ𝅙𝅙𝅙¿Admirador?𝅙𝅙𝅙៹𝅙Sungsun𝅙𝅙𝅙𝅙ᰭ𝅙𝅙

12

Las vacaciones habían llegado a su fin, y lo que serian las mejores vacaciones de su vida, terminaron en el funeral de su madre apenas dos días de haber iniciado las vacaciones.

El pequeño niño caminaba sujetando su mochila, con la mirada en el piso escuchando los murmullos del resto de estudiantes, sus ojitos estaban apagados y bajo sus lindos luceros habían grandes ojeras, sus mejillas ahora eran más gorditas, al igual que sus brazos y piernas, también tenía pancita...

A lo lejos escucho una risa que el bien conocía, levantó la mirada y alcanzo a ver a Jake y ni-ki jugando entre ellos, sus ojitos brillaron con suavidad y a paso rápido se acercó a ellos.

— Riki, Jake — Llamo la atención de ambos presentes, quienes ahora estaban sorprendidos por el repentino cambio del menor. — ¿Por qué no contestaron mis mensajes y llamadas? Los estuve buscando y nunca me hablaron

En los ojitos del menor se reflejaba toda la tristeza que cargaba.

— ¿Por qué me ignoraban? ¿Por qué me bloquearon? — pregunto con desesperación, los mayores no sabían que decir, jamás pensaron en que pasaría después de volver a la escuela.

— Porque... — Ni-ki y Jake se miraron buscando ayuda — Porque nadie quiere estar contigo

— ¿Qué? — el pelinegro les miraba atónito, confundido.

— Si, nadie quiere estar contigo, Sunoo — Jake le siguió el juego de manera burlona.

— nadie quiere estar con un gordo como tú. — ambos mayores se pusieron de pie y salieron de aquella situación vergonzosa, dejando a sunoo con lagrimas en sus mejillas y miradas sobre el.

Aquella linda amistad se había desmoronado por un amorío pequeño, por un amorío que se pudo haber solucionado pero que no sucedió, todo gracias a qué eran simplemente niños.

— no me gusta hablarle así a sunoo... — murmuró Jake con suavidad, viendo a lo lejos a sunoo, el cual comía solito, con la mirada en el suelo y apartado del resto.

— A mi tampoco me gusta hacerlo...pero si no es así...Sunoo me seguirá gustando — Jake le dió la razón soltando un pequeño suspiro.

Habían pasado ya algunos meses, y con los meses le siguieron los años, el trato a sunoo no había cambiado, nadie lo había ayudado.