_Es cierto...- Nia sonrió levemente, nostálgica - mi pequeño ya no estará solo - bajó la mirada a Jung, este estaba chupando su galleta. Acarició con cariño su mejilla y besó su cabeza. Levantó la mirada y observó el lugar. Discusiones, peleas, llantos, todo eso estaba viendo Jung, debía alejarlo de allí - está bien...- asintió, entristecida - cuídalo.

Jennie se puso de pie, se acercó a ella y Nia le entregó al pequeño, él miraba su galleta y abrazaba a su carrito en uno de sus brazos.

_Este es mi número - de su bolsillo sacó un papel, había venido preparada por si Nia aceptaba - llámame a la hora que quieras.

_Está bien...- tomó el papel, se veía afligida.

Jennie asintió, giró para poder irse y mientras se iba alejando, Jung veía a su madre, comenzando a asustarse por su lejanía. Jennie tuvo que detenerse cuando el pequeño comenzó a llorar. Giró para ver a Nia y ella solo negó, sus ojos estaban cristalinos. Le hizo solo un gesto de que siga y ella asintió. Abrazó más a Jung cuando este se escondió en su cuello, llorando.

***

_Muy bien, no tengas miedo, te estoy sosteniendo - animaba Lauren. La abrazaba de su cintura y la tenía pegada a su cuerpo. Lisa le daba la espalda y el mentón de Lauren descansaba en su hombro. Estaban dentro de una piscina, el agua estimulaba el cuerpo de Lisa y ella sentía las sensaciones en su piel - levanta los brazos, déjalos que floten, relájate.


_Esta terapia me gusta más que las corrientes - ambas rieron - se siente tan bien...

_Estás teniendo resultados rápidos, si sigues así, podremos volver a Corea en menos tiempo y seguir las terapias allá.

_¿Por qué no podemos volver ahora?

_Porque aquí están los doctores que te operaron, ante cualquier anomalía, ellos podrán interferir. Vamos bien, pero no hay que apresurarnos, todo a su tiempo.

_Los extraño...- comentó Lisa.

_Es por eso que debemos ir con calma, para que puedas volver con tus familiares lo más pronto.

Escucharon algunos pasos, solo ella estaban en aquella piscina y aquello les llamó la atención. La puerta principal fue abierta y una chica castaña ingresó, de piel morena y cuerpo latino. Empujaba una silla de ruedas y conversaba sonriente con su paciente.

_¿Camila...? - pronunció Lauren, fuera de sí.

La castaña levantó la mirada, quedando igualmente sorprendida y nerviosa por volver a encontrarse con ella.

Lisa miraba curiosa la interacción, cuando repentinamente su cuerpo se hundió cuando Lauren la soltó.

_¡Lisa! - Lauren se sumergió de inmediato y tomando a Lisa, la sacó a flote en un jadeo donde recuperaba el aire - ¡Lo siento!

_¡Si pudiera moverme como quisiera ya te golpearía! - reprochó.

Lauren no prestó atención a esa amenaza, su interés estaba en aquella castaña que siguió su camino empujando la silla de ruedas, hasta quedar al otro extremo de la piscina.

_Si lanza a la chica al agua, me voy a reír - murmuró Lisa, expectante.

_Creo que es su paciente - respondió Lauren - estudiamos lo mismo.

_¿Entonces también viene aquí?

_No, es la primera vez que la veo aquí - seguía mirando a Camila, nerviosa.

_Que bonito, pero ya vámonos porque tengo una videollamada que hacer con Jennie, y si seguimos, seguro me sueltas otra vez por verla a ella - observó también a Camila - vaya, ¿Hace ejercicio? - inclinó la cabeza, mirando su trasero con curiosidad.

¡No Es Mío!Där berättelser lever. Upptäck nu