Libro 2: Piensa mal y acertarás II

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🌙

— ¡Pídeme perdón Luna!

— Por favor no me pegues.

— ¡No me contestes malagradecida!

— Perdón mamá.

—¡ Cállate! ¡Cállate!

Me falta el aire... por favor no me mates... por favor, no lo hagas mamá.

No puedo respirar.

Abro mis ojos con sobresalto, Alessio está frente a mí, luce preocupado, enojado.

— ¡Dice que no puede respirar hagan algo!

— Es un ataque de pánico señor el aire está pasando bien.

— Luna cariño, cálmate. — No importa cuanto lo repita, no puedo... no puedo respirar.

— Luna escúchame, sí respiras, hazlo despacio, respira despacio. — Él está llorando... yo... lo miro, no quiero que Alessio llore, trato de hacer lo que dice, tiene razón... sí respiro, duele, pero respiro.

— Me duele.

— Prepararemos todo para otra radiografía señor, sin embargo, esto puede ser parte del shock, creo que ella está bien. — Dice un doctor anciano con rasgos asiáticos... esto es raro, ¿dónde estamos?, ¿dónde está Lukas?

— No quiero que sienta dolor... aplíquenle un calmante o algo para los nervios.

— Sí señor, prepararé una receta y las enfermeras lo colocarán de inmediato en el suero.

— ¿Dónde sientes dolor mi amor?

— Aquí... en mi pecho.

— No voy a esperar por nadie, abran paso yo mismo la llevaré a radio.

Alessio se levanta de la cama, toma el suero y me lleva en sus brazos, es seguido por las enfermeras... ¿pero qué fue lo que me pasó?

— ¿Recuérdenme en qué piso está la sala de rayos x? — Pregunta acelerando el paso.

— En el piso de abajo señor. — Contesta una enfermera y llega el ascensor, puedo sentir la tensión que Alessio ha puesto sobre los hombros de toda esta gente, sea lo que sea que haya pasado, fue grave.

— Por favor recuéstela en la camilla señor. — Dice el radiólogo al abrir la puerta, Alessio me recuesta, tengo tanto frío que me pongo a temblar, él lo nota.

— ¡Bajen el aire, está muy frío para ella!

— Sí señor, haremos lo que pide, sin embargo... tiene que venir a la cabina.

Todos se alejan y mientras el estudio comienza trato de organizar las cosas en mi cabeza , ¿qué fue lo que pasó?... ah... lo encontré con otra mujer, él me engañó. Y no sólo eso, también me controló con la marca de esclavitud. Se me hace difícil aguantar las lágrimas, no sólo siento dolor real en el cuerpo, siento mucho dolor en mi corazón.

El estudio se acaba y Alessio vuelve a mí.

— Cariño, tus pulmones están bien, vi el estudio, ¿por qué lloras así, todavía te duele?

No le digo nada... sólo me ahogo en mis lágrimas.

— Señor, probablemente necesite más descanso. — Dice una enfermera detrás de él.

El guardián de la llaveWhere stories live. Discover now