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Rebeca

Prepararme para el evento del viernes me toma un par de horas.

Todavía estoy flotando sobre nubes de algodón por la hermosa velada de anoche y tengo una sonrisa boba cada vez que miro los dos brazales que Xander hizo para mí.

Puede parecer tonto, pero estar con alguien que abraza mis gustos y encuentra el tiempo de escucharme, aunque sea para hablar de la teoría de la bufanda roja y su significado en la discografía de la artista, es algo que se siente increíblemente bien.

Xander me hace sentir amada.

Miro mi reflejo. El satén azul se ajusta a mi cuerpo y me aseguro de que el maquillaje esté bien. Todavía no me puse los zapatos y no subí el cierre del vestido. Vuelvo a detallar mi reflejo. Me acomodo el cabello y dejo algunos mechones sueltos para enmarcar mi rostro.

—¿Rebeca? —Xander golpea la puerta de mi habitación, donde me estoy preparando. La mayoría de mis cosas están aquí, así que fue más sencillo.

—Pasa —me aliso la parte delantera del vestido y espero.

Cuando entra, se queda callado. Me observa de pies a cabeza y carraspea.

—Te ves... Wow.

Me río.

—Gracias —me doy la vuelta, dejando ante su vista mi espalda—. ¿Me ayudas?

Escucho sus pasos hasta que se detiene. Sus nudillos recorren mis omóplatos hasta que llegan al cierre y lo sube, tomándose su tiempo.

—Estás preciosa —murmura. Sus labios se presionan en mi hombro desnudo y veo nuestro reflejo en mi espejo.

Mi rubor es evidente.

—Tú luces muy bien —me giro, pasando mi mirada por su cuerpo. Lleva una camisa que abraza sus músculos, sin el saco. El pantalón resalta sus piernas y los zapatos lustrados completan el atuendo—. ¡Tu corbata! —golpeando mis dedos en su pecho, lo esquivo para caminar hacia mi armario. Allí, encuentro la caja con el pedazo de tela y me acerco a él.

Me hace un gesto para que continúe y la paso alrededor de su cuello, dejándola bajo los redobles de la camisa. Hago un nudo simple, tras acomodar las tiras asimétricamente.

No deja de mirarme, pero no me siento nerviosa. Cuando lo termino, sonrío.

—Te queda bien el azul.

Me mira.

—Me queda muy bien —me acerca a él y me da un beso en la coronilla—. Si ya tienes todo, deberíamos irnos.

—Me tengo que poner perfume y los zapatos.

Me observa mientras lo hago. Me coloco perfume, me ajusto los zapatos, tomo mi bolso y miro una chaqueta negra, aunque termino descartando la opción.

Xander y yo salimos del edificio, dejando atrás a Dorothea, despatarrada en el sofá. La brisa acaricia mi piel mientras avanzamos hacia el coche y nos acomodamos.

—Llegaremos en veinte minutos —me avisa, subiendo apenas el volumen de la radio.

Aunque estoy acostumbrada a los eventos —después de todo, es mi trabajo—, estoy nerviosa. Supongo que el cambio en mi relación con Xander me hace sentir esa ansiedad, aunque intento disfrazarla.

—Xan... —me callo.

—Dime.

—Estaba pensando en la comida, ¿sabes qué servirán?

Arquea las cejas.

—No, pero estoy seguro de que será algo agradable. ¿Eso es lo que ibas a preguntar?

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⏰ Última actualización: Apr 21 ⏰

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Se busca amor |Davenport #1| +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora