Quant no Project

Encuentro

Las clases no habían sido suspendidas, así que de todos modos tenían que ir a estudiar, sin importar la declaración de guerra. Se notaba un ambiente tenso de parte de tanto alumnos como profesores. Parecía como que nadie quería abrir la boca, hablar de nada.

-...Entonces, para resolver este cuadrado de binomio, tenemos que poner el primer término al cuadrado más...- el profesor hablaba estáticamente, tratando de hacer parecer como que nada había pasado. A pesar de que no le resultaba.

-¿Puedo ir al baño?- dijo repentinamente Zora. El profesor le dio permiso, y se fue de la sala. Kouta se quedó mirándolo, intrigado. De todos modos, Zora era su mejor amigo en todo el mundo; sabían cada uno de los secretos, logros y problemas del otro, eran casi capaces de leerse la mente.

"¿Qué pasa, Kouta? Estás algo distraído." dijo Keeta internamente.

"No, no, no es nada. Despreocúpate."

-...¿ven? ¿Cierto que era fácil? Ahora les daré algunos ejercicios para que los resuelvan mientras esperan a que llegue la hora del receso.

-¡Profesor! ¿Ahora sí podemos mostrarle la tarea?- dijo un compañero regordete

-¡SSHHH!!- Dijo el curso al unísono, pero ya era demasiado tarde. El hombre se rascó la barbilla, tratando de hacer memoria, y recordó la tarea que les había asignado.

-¡Cierto! Bien, muéstrenme uno a uno sus cuadernos. ¡Los llamaré por lista!

"¡Menuda suerte la de Zora! ¡Él va al final!" pensó Kouta algo envidioso. Keeta se rió en su interior.

"Vaya, no conocía esta faceta tuya. ¿Quisieras tener un nombre con Z?"

"No, me recordaría a la guerra con los Quant Z"

"Ya ya, no seas así. Las cosas no están tan mal como parecen. No hay Quant Z allá, así que no hay peligros aún. Y si hubiera uno, lo hubiéramos notado"

"¿Y si no se dieron cuenta?"

"¡Bah! ¡Pesimista del año!"

"¡Que te calles!"

El humano cortó la comunicación con su Quant y prestó atención a lo que mostraba el profesor en la pizarra, mientras llamaba por cuadernos. Con este sujeto no tenías cómo engañarlo con tareas falsas.

Rato más tarde, Zora finalmente regresó.

-¡Por fin! Hombre, creí que te habías escapado del colegio.

-Me topé con alguien en el camino, eso es todo.

-¿Quién?

-... Preferiría no decirte.

-¡Somos hermanos del alma! Cuéntame, tal vez es interesante.

-Me encontré con Shaymin.

Kouta recordó entonces lo de aquella mañana. ¡Shaymin dice que todo es culpa de Zora! Este recuerdo preocupó al chico. Además de la misteriosa llamada; Yoko huyó y no los dejó ver el final.

-Y... ¿Qué te dijo?

-No entendí nada- empezó -Dijo que me había descubierto y que no tenía cómo huir o algo así. El enemigo era yo, según ella. Después comenzó a hablar sobre los Quant, creo que sabe bastante sobre ellos, y me dio una largísima charla, puro bla bla, para mí. Sin embargo, antes de irse, dijo "Ya no puedes huir, Z, cuando le diga al gobierno de tu presencia estarás muerto". ¿Tienes alguna idea de quién es Z?

-¡No! No tengo idea... Espera, Z es la inicial de tu nombre. Creo que era una broma, una ironía. ¡Ja ja!- dijo Kouta ocultando su nerviosismo.

-Bueno, no debe ser nada...

-A propósito, Zora, ¿puedo copiar tu tarea?

-¿Hah? Bueno, bueno...

-¿¡De verdad la hiciste!?

-Sí, Zota me obligó.

-Ah... Bueno, Kooma casi nunca me habla así que yo me olvidé de la tarea. En todo caso, ¿cuántos ejercicios son?

-132.

-¡Mejor empiezo ahorita!- exclamó con un gesto exagerado, lo que causó un esbozo de sonrisa de Zora.

Creo que este es el momento perfecto para describir a nuestro protagonista psicológicamente. Zora es un tanto callado, no es como que le encante hablar, sin embargo alardea involuntariamente de sus conocimientos por ser superdotado. Es completamente inconsciente. Y, sumado a esto, no tiene mucho sentido del humor. Es muy difícil hacerlo reír, aunque sea una vez. Por lo mismo, cuando algo le agrada sólo sonríe levemente. Como ya habrán notado, no tiene la mejor relación del mundo con sus padres, y de alguna forma igual le tiene algo de rechazo a Soūra y Zota, misteriosamente.

Según Soūra, cuando recién lo conoció, era un bebé muy risueño. Por cualquier cosa, estallaba en carcajadas. De un día para otro, se volvió callado y antisocial, un solitario. Eso, si no hubiese conocido a Kouta. Su mejor amigo.

-¡Listo! Ten, tu cuaderno.

-Ajá.

-Hmm... Joven Kouta, traigame su tarea.

-¡Enseguida, señor!

Zora desvió la mirada de su compañero, quien iba alegremente a mostrarle lo copiado al profe, cuando desde la ventana lo vio. En el patio del instituto, un chico igual a él, con ropa extravagante y mechones amarillos y verdes descontrolados, estaba sentado mirando hacia su sala.

"Qué tal todo, amigo" dijo mentalmente.