Puedo jurar que no me importaría morir en una pelea de puño y sangre con tal de salvar a mi niña.

—Entiendo.

—Quiero que cuides y protejas de mi hija y mantente siempre en  alerta, no tengo idea de cuando regresaré, si regresaré vivo o me traen muerto es por eso que vengo a hablar seriamente contigo. Pongo la vida de mi hija en tus manos, cuídala con todo tu ser y enséñale algo de defensa personal tengo el presentimiento de que uno de ellos venga a buscar a mi hija, no sé porqué mierda siempre me la quieren intentar robar. Ellos saben cómo atacar, saben en dónde es mi punto débil, son unos tremendos hijos de puta.

—Usted no se preocupe por su hija, preocúpese de sus asuntos. Yo cuidaré y protegeré de su hija aunque me tenga que colocar como escudo para impedir que le hagan daño, yo estoy dispuesta a dar mi vida por su hija por que ese es mi deber.

"Yo moriría por ella".

Sin más que decir, señor Im se retiró. Me senté botando aire por la nariz por que tengo un presentimiento amargo.

.
.
.

Escuché unos suaves golpes tocar mi habitación por lo que me desperté y abrí la puerta, solo era Nayeon con su peluche de apego. Tengo curiosidad por saber porqué siempre ése peluche duerme con ella.

Ella no podía sola por lo que vino a ni habitación para dormir conmigo.

Fui la primera en despertar por lo que dejé a Nayeon aún durmiendo mientras tenía abrazando aquel peluche.

Y cómo de costumbre lo primero que hago para empezar mi día es hacer ejercicio por las mañanas, me bañé y preparé el desayuno.

—Buen día, Jeongnii.

Nayeon despertó ya arreglada con una ropa cómoda para estar en casa, ella me abrazó por detrás por lo que me giré y noté que traía una mirada triste, supongo que es por lo de su padre.

—Estaré contigo, ya no estarás sola nunca más.— afirmé acariciando su mejilla y dejando suaves besos en esos labios sabor a arándano que tanto me gusta.

Ella simplemente se quedó callada y me abrazó fuerte, luego me soltó y fue hacia la mesa para servir el desayuno.

—Come mi amor, tu padre me encargó de enseñarte a defenderte pero primero quiero probar tu resistencia física.

—Ooo ¿Eso significa que tendré que hacer ejercicio?.

—claro mi amor, de lo contrario no tendrás buena resistencia y te me cansaras rápido. Tienes unas manos pesadas y eso es bueno, yo seré tu saco de boxeo quiero que me pegues fuerte y no tengas lastima por mí, de tanto golpe que recibí en mis entrenamientos ya me acostumbré que no siento dolor alguno.

Terminamos de desayunar y entrené a Nayeon primeramente con un calentamiento, haciéndola trotar y ejercicios físicos como también algunos estiramientos.

—¿Es en serio?— Preguntó con las mejillas rojas, ella ya estaba totalmente cansada y jadeante.

—Es en serio, qué.

—Para qué me entrenas si tengo a una King Kona, gorila, guardaespaldas, escolta, espaldera, protectora. En resumen te tengo a tí

—Por que es mi deber y porque también esa es una manera de protegerte.

En realidad también lo hacía porque no quiero que ella quedé como una presa fácil, quiero que sepa defenderse.

—Pero ya no quiero entrenar más, es muy cansador esto.— habló de manera cansada.

—Muy bien, ponte en posición de guardia.

—Cómo— preguntó moviendo sus hombros para arriba.

Me fui detrás de Nayeon y con su permiso tomé la pierna de Nayeon. La derecha atrás y la izquierda adelante, luego coloqué sus brazos en forma de guardia para boxear.

—Hace puño.

Ella hizo puño pero de una manera errónea. Ella tenía su pulgar en el falange de arriba.

—Así no mi amor—Acomodé su pulgar, ahora ya estaba lista para entrenar.—Ahora quiero me pegues lo más fuerte que puedas, con todo lo que tengas. Si quieres desahógate o desquitate conmigo.

—Pero no quiero jajajaja no puedo, es mucho para mí.— volvió a su posición anterior bajando la guardia.

—Ponte en guardia y pegame.—Hablé y volvió a colocarse en guardia como la enseñé—pegame.

—¿Así?— me dio un pequeño golpe en el brazo izquierdo, un golpe suave para mí.

—Uuu solo sentí caricias con ese golpe, no sé... a ver piensa en algo o alguien que odies e imagina que soy tu enemigo, alguien.

—No puedooo— empezó a querer hacer berrinches.

—Ponte en guardia amor— la miré y Hablé seria y ella volvió a su posición.

—Acabas con mi paciencia.— vuelteo sus ojos poniéndolos en blanco.

—Tú acabas con la mía, aunque sea imagina que me viste besando a Jih-

Recibí un fuerte golpe en mi estomago por lo que me doblé tocando mi estomago, Éso sí que dolió.

—Tenías que mencionarla.

—Noo, sigue— me retorcí un poco hasta olvidar el dolor— así, tienes fuerza solo faltaba cómo sacarlo.

Mi guardaespaldas [G!P]Where stories live. Discover now