Capítulo 3

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ONLY ONE

El joven atrapado en sus profundos sueños se removió cuando suaves caricias aparecieron de la nada en su mejilla molestando lo suficiente como para despertarlo.

Le costó bastante abrir los ojos al momento de activar sus sentidos. Con lentitud corrió sus párpados y tardó algunos segundos en poder enfocar la silueta encorvada frente a él y analizar la situación. Aquel perfume que tan grabado tenía en su memoria, la suavidad con la que se le era entregada aquella muestra de cariño, la manera en que parecía tan natural...

Louis se desconcertó alejándose bruscamente del tacto mientras sujetaba con rapidez la muñeca del otro. Frunció el ceño asustado y sorprendido porque recordaba aquella noche donde parecía que Zayn estaba acariciándole luego de una larga discusión pero al pasar unos segundos sus manos apretaron fuerte alrededor de su cuello, haciéndole llorar y patalear por unos momentos.

Qué podía decir. Lo que había sufrido era demasiado. Pero no era como si pudiera hacer algo de todas maneras.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó de inmediato con voz aguda de recién despertar y ligeramente rasposa por todo el licor que había bebido antes, arrastrándose un poco más arriba de la almohada. Alejándose tanto como pudiese del cuerpo ajeno.

Zayn parpadeó—. Lamento haberte despertado. Sólo quería... —él apretó los labios desviando la mirada luego. El ojiazul aflojó su agarre en la muñeca de su esposo y suavemente la soltó, llevando su mano hasta ocultarla de vuelta entre las sábanas.

Louis llevó sus brillantes ojos azules hasta el reloj de buro a lado de la cama, los números brillando y marcando las cinco de la mañana. Volvió a ver al joven que comenzaba a sacarse la corbata, se sorprendía de que estuviera usando su traje completo aún, señal de que no se había divertido con nadie esa noche o madrugada.

Carraspeó un poco, adormilado.

—¿Apenas terminó la fiesta? —preguntó de vuelta, acurrucándose con las mantas hasta el cuello. Sus piernas encogiéndose hasta formar una posición fetal.

—Me despedí —respondió Zayn dejando caer la corbata al suelo para comenzar a desabrochar los botones en las mangas del elegante saco cubriendo su cuerpo—. Quería venir a casa. El día fue demasiado agitado.

Louis le miró durante largos segundos, tomando detalle de la forma natural y cansada en la cual Zayn se deshacía de sus prendas. Cuando menos pensó, sus ojos estaban cerrándose de vuelta. Tomó una respiración suave y el sueño comenzó a tomarle de vuelta en calma.

Su cuerpo se balanceó suavemente a los segundos y se vio obligado a abrir de vuelta los ojos, alcanzando a ver como su esposo caminaba hasta el closet en ropa interior. Abrió uno de los cajones y se colocó un pantalón de pijama. Regresó un momento después, mirándole por unos segundos con la sombra de sus pestañas debajo de sus párpados.

—¿Te moverías? —le preguntó con suavidad, subiendo una rodilla a la cama.

Louis le observó parpadeando antes de simplemente asentir y ceder moviéndose ligeramente al otro extremo de la cama, que estaba muy frío. Le dio la espalda al joven que se tomó su tiempo para acomodarse en calma e intentó cerrar los ojos de vuelta.

Momentos después su piel se erizó cuando sintió la tibia mano de Zayn envolver suavemente su cintura debajo de las mantas. Un escalofrío le recorrió el cuerpo por completo cuando recibió un beso en su hombro y después en su cuello. Casi tembló cuando Zayn lo atrajo de espaldas hasta su pecho, descansando su rostro en el hueco entre su cuello y hombro. Parpadeó mirando los últimos minutos de luz de la luna entrar por la ventana, reprimiendo aquel sentimiento de nostalgia que se clavaba en su pecho.

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