Prólogo

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Una gran galera navegaba a través del vasto mar del norte dirigiéndose a su puerto de origen con un gran cargamento de aceite de Cobbanga. Un miembro de la tripulación se percató de algo en el horizonte. Una columna de humo que se alzaba en el cielo.

—¡Capitán! —aviso el hombre señalando lo que ha visto.

El capitán de barba gris extendió su centerlo y con el observo el humo —cambien el rumbo, no hay islas por esta zona, podría ser un naufragio.

Tras poco más de una hora, la galera se aproximo a poco más de cinco millas de distancia del origen del humo. El capitán, utilizo de nuevo su aparato para ver en la lejanía y trato de encontrar el origen de la columna de humo. Él no logro reconocer lo que observaba, una figura gris flotando en el agua que emanaba humo desde lo más alto de su estructura, decenas de totocos revoloteaban a su alrededor, esas odiosas ratas con alas Y picos dentados que siempre trataban de robar el almuerzo de los marineros.

Un destello cegó al ojo del capitán que observaba por el centerlo y en ese momento el barco fue golpeado en un costado de la proa, sacudiéndolo y destruyendo parte del casco. Los pedazos volaron y golpearon a los marineros, los hirieron y se clavaron en ellos. Los hombres gritaron y los heridos se arrastraron huyendo, creyeron que fueron atacados por un monstruo marino.

—¡¿Qué fue, donde?! — grito un marinero, tomaron sus espadas y sus arpones.

—¡conserven la calma! —ordeno el capitán.

Se escucho una explosión y una columna de agua se levanto del otro lado cerca del barco, sacudiendo de nuevo la nave. Quince segundos y sucedió otra detonación, está vez la cubierta de la proa es golpeada haciendo volar hombres y estacas.

Los hombres comenzaron a bajar los botes para huir, no entendían que estaba sucediendo. El capitán se esforzaba por controlar la situación pero en medio de toda la agitación se percato que el objeto ya se encontraba a menos de dos millas de distancia. Vio como extraños destellos acompañados de un sonido de ráfaga impactan los cuerpos de los marineros que trataban de escapar, vio como la sangre brotaba de agujeros en sus cuerpos que surgían de un pequeño estallido sobre ellos. La madera del barco se astillaba y los pedazos llovían. La brutalidad era tal que los cuerpos de los hombres eran mutilados en el aire. Brazos y piernas caían al agua y a la cubierta, entrañas y músculos deshebrados bañaban los tablones.

Lo que los atacaba se dirigía en rumbo de colisión a una velocidad impresionante. En un impulso de supervivencia, el capitán saltó al agua. La sangre de sus hombres cubría la superficie. se sumergió esperando pasar desapercibido por lo que sea que los estuviera atacando, el aceite se derramó y prendió en llamas. Desde la profundidad, el capitán, miro la silueta de lo que ataco su embarcación. Lo interpreto como una bestia marina alargada que agita el agua violentamente tras su paso. Vio impotente como embistió el barco de madera semi sumergido terminando de destruirlo, pero la bestia estaba intacta y sin piedad las ráfagas masacraron a los últimos hombres que trataban de huir nadando. Para el capitán era imposible que eso haya sido algún tipo de navío, ese poder y agresividad solo pudo venir de una poderosa criatura desconocida.

Dragons and panzerWhere stories live. Discover now