CAPITULO 20

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MARATON DONACIÓN ANONIMA. 3/5

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UNA SEMANA DESPUES

SABADO 18 DE ABRIL 2,026

MANSIÓN KIM

NARRA ISIS

Caius continua en Alemania, todo va como de costumbre, aburrido, la universidad es lo único divertido, puedo asistir a clases, conversar con mis amigas, con Margaret, y alejarme de los tres cavernícolas que habitan la casa de Caius.

—Hija, me marcho. — despido a mi padre en la entrada. — si tienes inconvenientes me avisas.

—Ve con cuidado papi. — le doy un besito en la mejilla y lo abrazo. — no te preocupes, estaré bien, ya soy grande.

Me abraza y termina de irse.

Se está encargando de los medios de comunicación, y la burocracia que insiste en que mi coronación debe efectuarse, los ministros de estado de Monaco, están exigiendo. No sabemos quién está de nuestro lado y quien está en contra, para mí, todos son enemigos.

Los trillizos parecen odiar a Caius, son tontos, les falta cerebro, Caius solo se preocupa por ellos, ¡malagradecidos!

<<¡Casi lo olvido! Hoy, por primera vez iré al centro comercial.>>

HORAS DESPUES.

+Estorbo, ¿Por qué tardas?

Un número desconocido. Es mi celular personal, se supone que solo papi y Caius tienen el número.

*¿disculpa? ¿y tú eres...?

+Salatiel.

+Me obligaron a llevarte de compras.

*ah... el gato.

Con mi bolso Lady Dior, de Dior en la mano, bajo al estacionamiento. En efecto Salatiel me espera en un Rolls Royce negro. Abordo y el chofer cierra la puerta.

Me mira de pies a cabeza. Vuelve a ver su celular y me ignora. Ninguno de los dos hace conversación de nada, digamos que solo nos soportamos por nuestros padres, él y sus dos hermanos, me caen como piedritas en el hígado.

Después de un tiempo en carretera llegamos al centro comercial más famoso, las personas suelen pensar que la realeza vive en otro plano, lo cierto es que, también somos personas, que a veces solemos divertirnos como personas normales. Simplemente tenemos cuidado de no ser captados.

No porque nos sintamos superiores, a pesar de serlo, sino porque, nuestra sola presencia en determinados sitios, provocaría conflictos económicos, la alza o baja de acciones, prestigio o desprestigio, nuestras opiniones importan, más de lo que nos gustaría.

—Hola, ¿Margaret? — hablo por teléfono.

—Isis, lo lamento, me he retrasado, llegare unos minutos tarde. — se disculpa.

Escucho al fondo el clac son de los autos... está atrapada en el trafico seguramente.

—Descuida, puedo esperar. — corto la llamada.

Bajo de auto, aún tengo una ventaja, los medios aun no tienen mi rostro, así que puedo pasear libremente sin temor a ser acosada por los paparasitos.

—Salatiel...

¿Dónde está? Estoy segura que bajo del auto junto conmigo. Miro a mi alrededor, no está, camino en línea recta tratando de encontrarlo, paso chocando con varias personas, no hay nadie, no miro a mis guardias, ¿Dónde estoy?

CATARSISWo Geschichten leben. Entdecke jetzt