▪︎Costillas - Shinogiyuu▪︎

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Para cats_worlddomination, que siempre ha estado ahí. Ojalá disfrutes de tus palomitas.

CW: posibles spoilers del manga.

Angst/fluff

Últimamente no he visto bien a Shinobu.

La veo pálida, triste, decaída. El tono violáceo de su piel me pone los pelos de punta ¿Estará enferma?

No estoy seguro, pero lo que si sé es que se sigue esforzando, tal vez más de lo que debería.

Hoy estoy en la finca de las Mariposas una vez más. La última misión me dejó bastante herido, a pesar de haberse tratado simplemente de una luna inferior. Siempre termino rompiéndome algo, si se trata de una misión en solitario.

— Tienes tres costillas rotas — me dice Shinobu, mirándome con una sonrisa —. Es ya la tercera vez este año, Tomioka. Si sigues así, me temo que no podrás pelear nunca más, y tendrás que retirarte. En fin ¿Cómo te sientes?

No contesto a pesar de la forma insistente en que pincha mi mejilla con su dedo índice. Cierro los ojos y suspiro. No hay caso con esta chica.

— Tomioka... Tomioka, ¿Sí sabes que es de mala educación ignorar a la gente, verdad?

Sigo sin responder. No porque quiera ignorarla, sino más bien porque estoy absorto en mis pensamientos.

Y es que nunca me había dado cuenta de las ojeras que marcaban el borde de sus ojos. Se ven cansados, y el color de la piel de su rostro es casi anémico. Me preocupa de sobremanera.

La chica comienza a palpar mi pecho, en busca de alguna otra costilla rota o alguna úlcera, para después mirarme nuevamente a los ojos.

— Avísame si te duele algo ¿Sí?

— ¿Te sientes bien? — finalmente me atrevo a preguntar, con la boca algo temblorosa. Me duele hablar. Siento una punzada en las costillas.

Shinobu ladea la cabeza y frunce el ceño, claramente confundida. — ¿Perdón?

— Que si te sientes bien. Te veo... pálida ¿Tienes ganas de vomitar?

— ¿Tienes idea de lo que estás diciendo? — ríe por lo bajo —. Estoy bien, Giyuu, no te preocupes.

Shinobu se da la vuelta, pero antes de que se marche, estiro mi mano y sostengo la suya con fuerza, mirándola fijamente.

— Por favor — le suplico con la mirada —. Quédate. No quiero estar sólo.

Mi corazón late rápidamente. Nunca había tenido la confianza de hablarle tanto, mucho menos de sostener su mano. Me sonrojo con fuerza.

No obstante, Shinobu voltea y me sonríe, asintiendo y tomando asiento en el borde de mi camilla.

— Vaya, no puedo creer que seas el mismo Giyuu Tomioka que nunca habla. Eres adorable.

Una risa pequeña se desliza entre sus labios, llegando a mis oídos como una melodía. Es preciosa.

— Gracias por quedarte. La verdad es que no me gusta estar sólo.

Lirios azules y glicinias || Kimetsu no Yaina one-shotsWhere stories live. Discover now