Capítulo 3 - Romperme más. (De Lena para Kara)

Magsimula sa umpisa
                                    

—Lee.

—No, cállate. — Sentencié, sabiendo que esta sería la oportunidad de soltar cada cuerda. — Sé que no te he merecido, jamás lo he hecho, porque no valgo la pena; pero, Kara. — Levanté las manos tenuemente como un simbolismo de que no tenía nada más que dar. — Te he dado todo lo que tengo, en cada oportunidad que he tenido, lo he entregado sin condición, sin remordimiento; lo he hecho porque he estado tan enamorada de ti, que no me atreví jamás a cuestionar mi juicio cuando me planteaba entregar hasta mi propia vida si eso aseguraba tu bienestar. Y resulta que pese a eso, ahora te atreves a decir que es culpa mía que estés sufriendo, que es mi culpa ya no darte igual. — Las lágrimas me estaban cayendo furiosamente, pero cada una que escapaba se sentía como si hubiese soltado una pesa que cargaba en mi espalda que pesaba mil kilos. — Sé que no te merezco, sé que no tengo derecho, pero no es justo que me culpes de esto.

Sentí la calidez de su mano arrastrando el surco de lágrimas para eliminarlo. — No digas, eso, por favor. — Sabía que estaba en pánico y que no tenía idea de que decir. — Tu eres... eres maravillosa.

—Kara, tu nunca me notaste. — Musité rechazando su caricia. — Te llené la oficina de flores, te construí trajes, salvé a tu gente. — Sin poder contenerme, la palma de mi mano salió disparada y golpeó su pecho. — Te compré una maldita empresa; pero no me notaste, jamás viste que mis ojos siempre estuvieron puestos en ti. — Ella quiso decir algo, pero solo se quedó ahí con el entrecejo fruncido y la boca abierta. — Solo me notaste cuando viste que alguien más pudo tenerme y eso, eso querida, no es lo que yo quiero. No quiero que me noten cuando se den cuenta de que puedo amar a otro.

Negó, volviendo a tomar mi mejilla y apretando su cuerpo al mío. — Siempre te he visto, yo... yo... solo estoy confundida y te estoy pidiendo tiempo.

—Tiempo que has tenido de sobra. — Esta vez tomé su mano y la aparté de mi mejilla. — Ya no hay más tiempo, ya no quiero darte más tiempo. — Hice acopio de todas mis fuerzas para apartarla, empujándola desde los hombros para poder escapar de la prisión a la que me había sometido entre su cuerpo y la pared. — Tenía dos opciones. La primera era mentirme y mentirte, fingiendo constantemente para seguir en tu vida de alguna manera; la segunda era quererme y dejarte en paz. — Caminé a pasos firmes, hasta poder abrir la puerta. — Te estoy dejando ir, me elijo a mí.

Kara no se movió, solo se quedó ahí con los puños apretados, mirándome completamente estupefacta y quizás, solo quizás, llena de resentimiento.

—¿Lo estás eligiendo a él antes que a mí? — Preguntó. — Lena, me estás desechando por alguien que solo conoces hace meses.

Quise gritar, quería insultarla. — ¡Necesito reconstruirme!

—Dame una oportunidad. — Alzó la voz sin llegar a gritar. — Me estás desechando sin siquiera intentarlo.

—¿Me quieres?

La vi dar un paso. — Te quiero con mi alma, eres mi mejor amiga.

—Precisamente por eso. — Solté suavemente. — Tu no me quieres a mí, no me quieres como pareja, solo quieres "no perderme"

La vi comenzar a desesperarse. — ¡Solo te estoy pidiendo tiempo! — De inmediato comenzó a tirar de sus cabellos. — A mí no me gustan las mujeres y...

—¿¡Entonces qué haces acá!?

—¡Necesito dejar de estar confundida! — Me gritó de vuelta, dando pasos torpes sin llegar a estar completamente encima de mí. — ¿¡Por qué no lo quieres comprender!? — Kara era como un cachorro asustado de ser separado de su dueño. — Eres... eres... necesito comprender lo que siento por ti.

La Habitación 428.Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon